Reina de la Mafia 👑💣🔪🚬

Princesa de la mafia 17

Tengo que idear un plan para lidiar con los narcos Mexicanos, ellos no forman parte de la alianza, nunca han estado de acuerdo con esto de la alianza por que una mujer pudo lo que ellos nunca pudieron hacer.

Son tan machos que les pega directamente a su ego que una mujer sea la Reina de las mafias, además haya narcos que se dedican a la venta de chicas y varias veces les hemos frustrado sus planes.

Bueno mi mamá ya que yo estaba al otro lado del mundo y solo se lo que mi mamá me ha contado, me meto a bañar, después me fui a mi armario para elegir mi ropa, me puse el collar con el símbolo de mi familia.

Empaque de nuevo mis cosas en la maletas, guarde todas mis cosas y deje el cuarto ordenado, baje las maletas al primer piso, ya es hora de que ese par se levante.

Primero decido despertar a Maria, las cortinas de su habitación están cerradas por completo abro las cortinas y camino para quitarle las cobijas a Maria, ella se aferra a las sábanas.

— vamos Maria ya levántate— ella se despierta y me mira molesta — Quita esa mirada, yo no soy mamá a mi me vale madres que estes molesta conmigo, báñate y recoge todo nos vamos hoy en la noche—

Salgo de su habitación escuchando como avienta cosas, al parecer además de ese entrenamiento va a necesitar una charla larga con algún psicólogo.

Al llegar a la habitación de Hegel veo que ya esta despierto y desde su cama mira atentamente el jardín como si fuera lo más interesante.

— Hegel levántate, nos vamos a casa hoy en la noche— estoy por irme cuando su voz me detiene.

— Entiendo por que nos pusiste en ese entrenamiento, después de pensarlo toda la noche creo que si me creía intocable, gracias por demostrarme que no siempre será así— sonrió y asiento, al menos con uno de ellos funciono.

— Apresúrate los llevare a desayunar a un restaurante excelente que me recomendó mamá— asiente y se levanto de la cama, yo salí de la habitación.

Baje al primer piso, le dije al chef que solo preparara un poco de frutos rojos con miel para mi, él pico fresas y frambuesas mientras que yo solo veía mis redes.

Cuando termino me entrego un pequeño plato y un tenedor, como estaba en la isla de la cocina no hubo necesidad de nada mas, comí tranquílame mi fruta.

Hegel y Maria irrumpieron en la cocina peleándose, aun que era una pelea cariñosa, yo los escuchaba atentamente definitivamente el pasar unos días en el bosque los unió.

— Bueno suficiente de peleas, vayamos a desayunar— me levanto del banco donde estaba sentada, pongo el plato y el tenedor en el lavadero.

— Yo no quiero ir— se cruza de brazos.

— Muy bien entonces seremos solo tu y yo Hegel, vamos— salí de la cocina, yo no voy a rogarle que vaya si quiere venir que venga.

Hegel me alcanzó en la camioneta, la camioneta avanzó cuando Hegel cerró la puerta, lo llevaría al restaurante favorito de mamá.

— Maria está molesta por que pensó que querías pasar tiempo con nosotros, creía que sería un viaje tranquilo de hermanos que se divierten nunca nos imaginamos que sería un entrenamiento— suspiro.

— Después podremos tener ese viaje se los prometo pero este viaje no era para eso, tenía instrucciones muy claras de mamá— él asiente.

Al llegar al restaurante, nos bajamos mis hombres entraron con nosotros, por cualquier cosa pero se sentarían en una mesa a parte, al entrar la chica de inmediato reconoció mi collar.

— Bienvenidos, su mesa privada estará lista en unos minutos— habló en ruso y yo asentí, Hegel se la comía con la mirada.

Después de unos minutos ella nos guió a la parte de arriba, abrió la puerta que es para los clientes VIP, aquí arriba solo comen empresarios muy exitosos y claro nosotros.

Todos nos miran, la mesa que siempre debe estar disponible para nosotros esta tras unas cortinas negras para separarnos de los ojos de mirones, la mesa de mis hombres también esta ahí pero un poco alejada.

— Les dejo los menús y en un rato su mesero vendrá a atenderlos— asentí y ella se fue meneando su trasero para Hegel.

— Que asqueroso eres— rodé los ojos.

— Oye no entendí nada de lo que dijo pero para el sexo no se ocupan palabras y además los gemidos son un lenguaje universal— me reí mientras negaba.

— No tienes remedio— él se encogió de hombros, vimos la carta aun que yo ya sabía lo que iba a pedir a los pocos minutos llego nuestro mesero.

— Buenos días señorita Ivanov es un placer atenderla a usted y a su— dijo mientras veía a Hegel.

— Hermano— le explique.

— ¿Que van a ordenar?— Hegel le señalo una de las imágenes del menú por que este también está escrito en ruso, el mesero asintió y yo le pedí el desayuno especial del chef — ¿Algo de tomar?—

— Solo café para ambos— asintió, era muy temprano para beber, se fue y cerró las cortinas.

Hegel y yo platicamos un poco mientras esperábamos nuestro desayuno, cuando llego seguimos platicando, mi hermano de verdad era muy tierno pero las chicas le habían fallado tantas veces que decidió ser un mujeriego.

Bueno a mi me engañaron una vez y con esa única vez les juro que tuve para toda mi vida, después de desayunar decidimos ir a conocer varios lugares.

Pasamos un muy buen día y lo terminamos en una plaza, yo me sentía adolescente de nuevo, hicimos compras, comimos helado y también comimos unas hamburguesas.

Al atardecer llegamos a la casa, Hegel le compro unas cuantas cosas a Maria, cuando cruzamos la puerta vimos que Maria estaba bajando su última maleta.

— Por lo que veo se divirtieron mucho sin mi— nos muestra en su celular nuestras historias que subimos a Instagram.

— Tu no quisiste ir, ese fue problema tuyo no nuestro— le entrego las bolsas de lo que compro y se fue a sentar a la sala.

— En 20 minutos partimos, haz lo que tengas que hacer— voy a la sala a ver televisión con Hegel, mis compras las deje junto a mis maletas, Maria subió a su habitación dando pisadas muy fuertes.