Capítulo 18

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Si bien el departamento de Kyojuro por afuera se ve pequeño, es muy espacioso. Tiene 3 habitaciones y dos baños, hasta el momento había sido lo único que viste, no quisiste entrar a ningún lado ni pasarte de curiosa. Sin embargo te llamó la atención lo limpio que se encuentra todo. Te detuviste en frente de una puerta, ibas a abrirla, tu mano se encontraba cerca del pomo, no obstante tu celular sonó y tuviste que responder. Lo tomaste y cuando miraste el nombre de quien te marcó, suspiraste; aceptaste la llamada y llevaste tu celular a tu oreja. Escuchando lo que tu mamá tiene que decirte, abriste la puerta del cuarto y casi se te escapa un gritito al verlo.

Es absolutamente hermoso.

"¿Dónde estás?" fue la pregunta de tu madre, quizás escuchó un sonido raro de tu parte. Aclaraste tu voz y luego respondiste.

—Celebrando mi cumpleaños...

Luego de esa respuesta comenzaste a caminar por el lugar, no has visto las demás habitaciones, pero puedes jurar que esta es la más grande. "¿Estás con Shinobu? Hoy regresaré más temprano a casa porque quiero darte un regalo." Te detuviste, frunciste el ceño, algo no cuadra. Tu mamá no es del tipo que regale muchas cosas, menos a ti. Tu silencio fue abrumador durante unos segundos, te tomó tan de sorpresa que hasta se te olvidó tu emoción.

—No estoy segura de si llegaré temprano a casa —respondiste. —No estoy con Shinobu, pero puede que después vaya con ella.

"Entonces esperaré en casa, no llegues muy noche."

Colgó, miraste tu celular con confusión y después guardaste nuevamente. Muchas cosas dan indicios de que justo estás en el cuarto de Kyojuro, y lo que más te llamó la atención fue el tamaño de su cama. Pudiste imaginar que tendría algo matrimonial, quizás hasta individual, pero nunca imaginaste que se trataría de una king size. No pudiste contener tus ganas de ir y acostarte, aunque primero te sentaste; «Esto está muy suave...» la aplastaste un poco, luego te acostaste, «también huele a él...» tragaste saliva cuando sentiste caliente toda tu cara, te diste un par de palmadas en las mejillas, luego suspiraste.

—¿_______? —escuchaste hablar a Kyojuro.

Te sacó un buen susto.

—¿Estás cansada? —preguntó. —Puedes dormir después de comer, si gustas.

Se acercó para sentarse en la orilla de la cama, acarició tu rostro y luego se acercó para besar tu frente.

—¡Ya está la comida, vamos a comer!

Tu felicidad es indescriptible en su totalidad, te levantaste y le diste un fuerte abrazo a Kyojuro.

—Oye... Estás mojado de tu cabello —dijiste separandote para verle.

—Salí un momento afuera —respondió riendo. —Vamos.

Se levantó, te dio la mano y la tomaste.

Cuando llegaron al comedor te pidió que te sentaras mientras servía la comida, luego de esto puso un pequeño pastel en medio. Miraste hacia todos lados y luego lo miraste a él.

—Tú y Shinobu me harán engordar —reíste.

—No lo creo —también río.

Se sentó a tu lado.

—Bueno, ya viste y te acostaste en mi cama —te miró. —¿Qué tal?, ¿cumplió tus expectativas?

Todo tu rostro se puso rojo.

—Es muy cómoda, que envidia...

—Cuando quieras puedes acostarte ahí.

Dijo con tranquilidad, no lo hizo con malas intenciones, en sus palabras hubo inocencia en todo su esplendor, tú fuiste quien lo malpensó.

Profesor |Kyojuro Rengoku x lectora|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora