—¿Puedes pasarme el pimientero? Detrás de ti.
Kyojuro se dio la vuelta, lo tomó y luego se lo entregó a tu madre, ella se detuvo un par de pasos lejos de él.
—¿Hay algo en lo que pueda ayudar? —preguntó el rubio.
Intentando alejar el ambiente incómodo que siente, la mujer volvió a darle la espalda y caminó hacia unas sartenes. A Rengoku le sienta un poco mal quedarse parado sin hacer nada, así que solo está esperando una respuesta por parte de tu madre. Sin voltear, volvió a hablar.
—Sé que dijiste que estás dispuesto a casarte, pero, ¿qué tan seguro estás de esa decisión?
Una sonrisita se apoderó del rostro de Kyojuro, se cruzó de brazos.
—¿Sigue dudando sólo porque soy unos años mayor que ella?, si por mí fuera ya estaríamos casados, pero quiero que _______ se sienta cómoda.
Al parecer la respuesta no complació a tu progenitora. La mujer de cabello oscuro giró su cuerpo para quedar cara a cara con tu pareja, volvió a dar a unos pasos y se acercó más a él. Rengoku no quitó sus ojos de ella, comienza a ser algo fastidioso para él, pero quiere demostrar de la mejor manera posible que no importan los obstáculos, no desistirá. Su ceño se frunció cuando las manos de la azabache fueron a dar al borde de su abrigo, subiendo para acomodar el cuello.
—Debo admitir que para ser el primero fue buena elección —se jactó con arrogancia, retrocediendo. —Eres atractivo, Kyojuro.
—Me gustaría pedirle de favor que no diga ese tipo de cosas, no sé con que intención lo hace.
Soltó en un tono tranquilo, manteniendo la calma ante la situación; una sonrisa amable apareció en su rostro mientras cerraba los ojos. Si bien le molesta un poco, no tiene motivos para enojarse, mucho menos cuando está en tu hogar. Al parecer a tu madre le molestó su respuesta, creía que seguiría el mismo patrón de los demás, supuso que con unas simples palabras sería suficiente para "revelar sus verdaderas intenciones". Si todo seguía yendo así de mal tendría que usar su as bajo la manga, y para que funcione será mucho más complicado.
—Susumaru aún no regresa, así que si gustas vamos a sentarnos un poco.
Los dos caminaron hacia el sillón, un silencio reinó hasta que la mujer mayor volvió a hablar.
—¿Por qué de mi hija? —cuestionó. —¿Cuándo te comenzó a gustar?
—Es una de las mejores personas que he conocido, ¡tan madura y diligente... Alguien muy hermosa! Ni siquiera sé cuando pasó.
En parte tenía razón, no mintió. De verdad no sabe cuando fue que comenzó a verte con otros ojos, lo sentía desde el momento en que leyó esas cartas que Shinobu te robó, lo hizo ver algo obvio al darte su número; y lo comprobó la vez que te besó. Aquella distancia que se formó entre los dos luego de aquel beso, solo sirvió para que sus sentimientos se avivaran más, no hubo tantos momentos realmente especiales; esa fue la magia. A pesar de no ser algo diferente, se volvió representativo para él, tú manera de ser y la forma en que creciste como persona con el paso del tiempo, eso fue formando la confianza que se tuvieron; sin darse cuenta terminaron enamorados, amándose. Así que la vez que le preguntaste “profesor, ¿qué se siente enamorarse?” y luego apareciste en clase diciendo aquellas palabras...
Supo por completo que en efecto se trata de amor, no solo de cariño por conocer parte de tu pasado, su corazón se emociona y siente una calma inexplicable cuando está contigo. No hay nada más que pueda ser más que amor.
—Supongo que lo han ocultado muy bien para que no haya habido ningún problema hasta ahora...
—Nuestra relación y mi trabajo es algo que no quiero mezclar.
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Profesor |Kyojuro Rengoku x lectora|
FanfictionNuevo ingreso a una buena academia, estás preocupada por lo difícil que podría ser este nivel o como te adaptarás a el pero... hay alguien, alguien que te hizo sentirte cómoda en todo momento; un profesor, Kyojuro Rengoku, maestro de historia. Él te...