Capítulo 33

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—¿Por qué te sientes así respecto a ________? —preguntó el azabache al mirar a la mujer en frente suyo.

Tana suspiró, sus ojos se cerraron mientras su ceño se fruncía con molestia, se cruzó de brazos e intentó pensar alguna buen respuesta, sin embargo, a los pocos segundos cuando volvió a abrir los ojos se le vio molesta.

—Esto es una tontería, Suma.

—Por favor, Tana... No puede ser que tu hija tenga más confianza para hablar conmigo que contigo —exclamó.

—¿Ah?, ¿Qué fue lo que te dijo? De seguro se quejó de lo mal que va su relación con su profesor, no me sorprende.

—No, Tana, no. No hay nada de malo con ellos dos, pero necesitas comenzar a dar un poco de tu parte; no tiene mucho que ________ hizo sus exámenes y ni siquiera te preocupaste por ello.

La mujer se quedó callada, el azabache respiró profundo ante la actitud de su novia.

—¿Qué debería de hacer según tú? —cuestionó.

—Ir al psicológico semanalmente e intentar acercarte más a ella. Kyojuro nos invitó a cenar para que vieras lo comprometido que está, ¿por qué no...?

—¿Una cena?

—Enviaré a Himaru con su abuela el fin de semana, piénsalo.

Susumaru se levantó de su asiento, lo acomodó y empezó a caminar hacia la salida.

—¿Ya te vas?

—¿Quieres que me quede a comer? —miró su reloj. —Tengo que atender a un paciente en hora y media.

Ella negó.

—Ve con cuidado.

Una vez su pareja salió por la puerta, echó todo su peso al respaldo de la silla y respiró profundo. «Estas no son más que meras tonterías...» pensó mientras se levantaba, y veía por los ventanales de la oficina. «Aunque ella de verdad se ve muy feliz ahora», caminó hacia su escritorio y tomó su celular. Buscó tu contacto y comenzó a escribir, una vez terminó envió el mensaje. Volvió a sentarte y sacó su agenda de uno de los cajones del escritorio, el fin de semana va a estar desocupada, un suspiro salió de su boca. «No es como si de verdad quisiera hacer esto, pero tengo mucha curiosidad sobre...», unos golpes en la puerta de su oficina la asustaron haciendo que se sobresaltara.

—Adelante —habló mientras guardaba la agenda.

—Señora, le traigo los informes de esta semana —dijo la secretaria entrando.

—Mika, no hay nada programado para el sábado, ¿verdad? —preguntó, la joven negó. —No quiero que aceptes nada en esos días, si surge algo muévelo al lunes o martes según su grado de importancia.

—Entendido, señora.

La chica se acercó para dejar los papeles sobre el escritorio de Tana.

—Una cosa más.

—Dígame.

—Necesito que busques donde comprar un collar, desconozco la marca pero necesito la información antes del viernes.

—Pero... Ese no es mi trabajo —dijo dudosa.

—Mika, mi niña, no te cuesta nada, siempre terminas las cosas rápido. Tienes potencial para un ascenso, ¿no quieres?

Entre la espada y la pared, la de rizos castaños dudó en su respuesta, está nerviosa.

—Dígame cómo es e intentaré buscarlo —entrecerró los ojos.

Profesor |Kyojuro Rengoku x lectora|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora