Profesor |Kyojuro Rengoku x lectora|

Capítulo 11

"Arreglate bien" ese fue el mensaje de Shinobu apenas te despertaste. Eran las 7 y tantos de la mañana, cuando tomaste tu celular viste un mensaje de tu mejor amiga; esa era su frase. Suspiraste, ¿se despertó temprano sólo para escribir eso? Pensabas que sería un sábado tranquilo, pero hasta despertarte temprano fue la mejor opción. Tu mamá no trabaja el día de hoy, seguramente siga dormida así que mientras tanto (pese a que era muy temprano) comenzaste a buscar ropa para cambiarte. Apenas reuniste un par de prendas de tu agrado, las juntaste para tomarle foto y enviárselas a la del broche de mariposa.

Su respuesta fue inmediata.

"Si te pones esa con aquello y eso otro te verás genial ༼  ͡° ͜ʖ ͡° ༽" fue su respuesta junto con una imagen donde encerraba la ropa para que armaras un conjunto. Suspiraste, entrarías a bañarte primero y luego te cambiarías.

Terminaste de bañarte, saliste cambiada mientras te secabas el cabello, suspiraste. Tomaste tu reloj y revisaste la hora, seguía siendo temprano. Colocaste el reloj en tu muñeca y cuando tu cabello estaba casi todo seco te pusiste tu suéter. Hacía mucho frio para ser verdad, tomaste un pequeño bolso y justo cuando creías que tu economía se vería afectada, recibiste un mensaje. Volteaste a ver tu celular y el mensaje era de Rengoku. "Asegurate de llevar tu credencial de estudiante, será gratis", suspiraste. ¿En verdad el tiempo que te dio no sirvió de nada?

Terminaste de prepararte y guardaste tus cosas en una pequeña mochila, cuando ibas de salida te topaste con tu madre. Intentaste seguir, ignorándola pero sus palabras te detuvieron.

—¿A dónde diablos vas? Ya tengo mucho con verte hasta las 9 de la noche todos los días.

Intentaste seguir caminando pero volvió a hablar.

—Si planeas largarte, hazlo de una vez.

Saliste rápido y una vez afuera sacaste tu celular. Comenzaste a caminar mirando la dirección en tu celular, conoces el lugar, llegaste a ir un par de veces y está cerca de tu lugar de trabajo. Aún era temprano así que para matar el tiempo buscaste una cafetería cerca, no habías desayunado y no querías volver. Fuiste a una cafetería 10 minutos lejos del museo, pediste algo para desayunar y mientras esperabas te llegó otro mensaje y otro, y otro. Tomaste tu celular para revisar los mensajes, uno era de Rengoku y los otros de Shinobu. "Te despertaste muy temprano, no?" preguntó, tú le escribiste; ¿qué hay de ti?

Seguiste platicando con ella mientras esperabas a que trajeran tu comida, incluso cuando tu comida llegó las dos hicieron videollamada desayunando juntas.

Diste otra vuelta por el lugar, si bien ya eran las 9 seguía siendo demasiado temprano para ser verdad.

Cuando faltaban apenas 10 minutos para que dieran las 11 fue cuando lo procesaste. ¿Por qué te pidió una hora específica? Quizás podría haber sido que a esa hora abre el museo pero sigue siendo extraño. Llegaste 5 minutos antes de las 11 y te diste cuenta que el museo habría desde las 9, ahí fue donde tus sospechas se hicieron más grandes y lo que sucedió después sólo las confirmaron. Escuchaste a alguien detrás tuyo, se trataba de Kyojuro. Tu sorpresa no pudo ser más que casi gritas, de milagro pudiste contenerlo. Volteaste a ver la hora y faltaban un par de minutos para que diera la hora acordada. Él se acercó a ti para saludarte.

—Buenos días, realmente llegaste temprano —comentó poniéndose a tu lado.

—Llevo un tiempo afuera —respondiste con una risita nerviosa. —Creí que vendría sola.

—Creo haberlo mencionado en el último mensaje que envié —rió.

—Oh, tiene una hora que no reviso mi celular —respondiste avergonzada. —Aún así agradezco su compañía, es agradable.

Kyojuro sonrió, puso una de sus manos en tu hombro y después con la otra revolvió tu cabello. Reíste ante su acción, él sonrió.

—Bueno creo que también tengo que confesarte otra cosa —se quedó pensativo. —Pero primero entremos, ¿está bien?

Asentiste. Los dos entraron gratis enseñando sus identificaciones del colegio y fue cuando comenzaron el recorrido. Kyojuro era como un guía, cuando no le entendías a algún texto, él te explicaba con paciencia hasta que entendieras. Se nota lo gustoso que está al conocer la historia del lugar. Tú en cambio estabas disfrutando de una tranquilidad extraña, tener un tipo de salida con tu profesor de historia no es nada normal, sin embargo hace que sea menos pesado. Lo que a alguien podría no gustarle a ti te está encantado. Aunque siendo honesta, no podías dejar de verle. Pese a que con la ropa que lleva típicamente a dar clases, se ve bien, ahora se ve incluso mejor con ropa más cómoda.

—¿Qué tenía que decirme? —preguntaste volteando a verlo.

—Oh —rió con nervios, te pareció tierno. —La verdad tu trabajo fue el mejor y no lo digo porque seas mi favorita... Claro que no lo eres pero esta vez te esforzaste mucho.

—No digas esas cosas Rengoku-san —suspiraste. —Si mejore fue gracias a tu ayuda.

—Tú también pusiste de tu parte, lo único que hice fue guiarte. En poco tiempo pasarás a tercer año, sientete orgullosa de lo mucho que mejoraste estos años.

Sonrió mientras revolvía tu cabello con cariño, reíste.

—Insisto en que fue gracias a ti y tu paciencia.

—¿Ya es algo tarde? —preguntó y miraste tu reloj.

—Un poco, sí.

—¿Quieres ir a comer algo? Yo invito.

No pudiste negarte, salieron del lugar y caminaron a una plaza

Fueron hacia una pizzería, el lugar más esperado. Mientras Kyojuro la compraba tú reservaste la mesa para los dos, por el aburrimiento de la espera sacaste tu celular y le escribiste a tu amiga, Shinobu respondió al instante. ¿Nunca hace nada o por qué tanta rapidez? Te preguntaste, suspiraste. "Estoy con Rengoku" ese había sido tu mensaje pero su respuesta fue; "yA sE BesArON?" frunciste el ceño, y reíste, pero a su vez tu cara se puso toda roja y no supiste que responder, se te notaba lo nerviosa.

—¿Estás bien? —Kyojuro llegó a sentarse junto a ti y te sobresaltaste.

—Estaba concentrada hablando con alguien y me asustaste —reíste.

—Te veías muy alegre en ello —río dejando la caja de pizza sobre la mesa

—Estaba hablando con Shinobu —respondiste mientras guardabas tu celular. —Me dijo una tontería, nada importante.

Kyojuro rió.

—Te ves muy bien hoy.

Tus mejillas se pusieron rojas ante su comentario. Diablos, esto parece una cita.

—También te ves muy bien, más atractivo de lo normal.

¡Calla tu maldita boca!