Capítulo 34

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—¡Señora! —la joven entró por la puerta de la oficina, caminó rápido hacia el escritorio de su jefa. —¡Lo encontré! Lo que pidió.

—¡Qué modales los tuyos, Mika! —exclamó subiendo la mirada.

—¡L-lo lamento! Es sólo que pasé toda la noche investigando, estaba emocionada...

—Toma asiento, te oigo.

La chica de rizos tomó asiento, dejó la tableta en frente de la mujer y los ojos de ella bajaron. Pese a estar nerviosa pensó bien sus palabras.

—Es una edición de aniversario, de una colección que sacaron para celebrarlo probablemente aún queden algunos, pero con un precio más elevado...

—Consigue uno para hoy o el viernes en la mañana, usa la tarjeta de la empresa.

Tomo la tablet para ver la página donde se encontraba, frunció el ceño al escuchar las palabras de su secretaria.

—Señora, es casi imposible que lo consiga para hoy o mañana, será difícil...  Si quiere regalarle algo a Susumaru-san o su hija opté por algo más-

—Mika, por el amor de Dios, ¿recuerdas para quien trabajas? Por favor solo haz lo que te pido, te daré un aumento o algo, pero deja de alegar y consigue uno así. No le daré nada a mi hija, menos a Suma.

La chica tomó la tablet y con una sonrisa nerviosa se despidió, pidió permiso, salió de la oficina de su jefa con la cabeza hecha un lío. Regresó con sus compañeros, quienes al verla de esa manera no tardaron en preguntar que sucedió.

—No entiendo como es consiguió salir con Susumaru —se quejó la de rizos.

—Sotana tiene una personalidad realmente fuerte, ¿será eso? —preguntó su amiga.

—Bueno, después de todo se hicieron cercanos luego de que Susu viniera a trabajar aquí, que envidia... Alguien tan amargada como ella con él.

—Aunque esa también fue una de las razones para que dejara de trabajar aquí —se les unió un chico.

—Él eligió el amor por encima de su trabajo... —una chica suspiró. —Lastima, me encantaba hablar con él.

Mika escuchando los comentarios de sus compañeros, comenzó a buscar en su computadora; le encargaron una tarea difícil y si se niega, es probable que pase por un muy mal rato. De haber sabido aue un buen sueldo conllevaba a tener que sufrir algo así, hubiera pasado de largo de este trabajo.

—De cualquier manera, Susumaru ya tiene un consultorio, éramos su pasatiempo en días sin cita —agregó el otro.

—Por eso aceptó renunciar, ¡deja de quejarte Hiro!... ¿No ves lo claro que está el amor que Susu le tiene a la amargada de Sotana? Estoy segura que ella seria capaz de lastimar a su hija por su propia felicidad.

—¿No es eso muy agresivo y atrevido? —preguntó la de rizos quitando la mirada de la pc.

—Eres su secretaria, deberías de saberlo... ¡Tan solo mírala! Tan fría e intimidante, pobre chica, pero con el sueldo que ganan su hija ha de vivir como reina —un suspiro salió de su boca.

—Si así fuera, puede que no pase mucho tiempo con ella —miró a la mujer que habló anteriormente.

—A su hija no debe de faltarle nada, ¿crees que realmente le importa si su madre está o no con ella? De seguro y tienen la misma personalidad ó se la pasa todo el día con hombres... No lo sé.

—O quizás sólo es una pobre niña que sufre al tener a alguien así —murmuró Mika.

Tu celular comenzó a sonar haciendo que te asustaras, te encontrabas terminando un trabajo hasta que el sonido comenzó. Hana soltó una risita al ver como te sobresaltaste, y salió a acomodar unas macetas para darte privacidad. Dejaste tu lápiz a un lado del libro para después tomar tu celular, no viste quien llamó, pero tampoco habían muchas personas que pudieran hacerlo. Kyojuro se encuentra ocupado, Shinobu salió con Kanae y pues... Tu madre nunca llama. Así que cuando lo tomaste y escuchaste la voz de tu progenitora, tus ojos se abrieron en par, tu tranquilidad se vio alborotada por miles de preguntas debido a la llamada.

Profesor |Kyojuro Rengoku x lectora|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora