Capítulo 50

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Kyojuro puso su mano encima de tu frente para sentir tu temperatura, un suspiro salió de tu boca al verlo preocupado de esa manera, ya se encuentra cambiado y arreglado para ir a trabajar, pero, en cuanto te iba a despertar se dio cuenta de que quizás no te sientas del todo bien.

—Estoy bien, Kyo —murmuraste antes de que él dijera algo.

Negó.

—Deberías quedarte y descansar hoy, ¿quieres que...?

—No, no hace falta que faltes solo por cuidarme —respondiste levantándote para poder sentarte. —Puede que haya hecho lo mismo en su momento, pero la falta de un alumno es menos importante que la de un profesor.

El rubio esbozó una pequeña sonrisa entrecerrando los ojos, tragó saliva al escuchar tu respuesta, tienes razón; es incapaz de negarlo o contradecirte, pero también se encuentra preocupado por tu salud. Se acomodó subiendo sus rodillas a la cama, estiró sus brazos alcanzando tu rostro y antes de que pudiera besarte, impediste que lo hiciera poniendo tus manos para detenerlo. No replicó por tu acción, entiende la razón por la cual se lo estás negando, en su lugar sus labios tocaron tu frente y te atrapó en un tierno abrazo. Sus dedos se deslizaron por lo largo de tu cabello.

—Oye, no olvides el anillo —comentaste con pena.

Una risa salió de su boca, te dio tu espacio una vez se alejó, sujetando tus manos las llevó hacia sus labios para dejar un beso sobre cada una de ellas.

—¡Para nada, cariño! —exclamó regalándote una sonrisa angelical.

Acomodaste su corbata que se encontraba algo chueca y lo miraste a los ojos, en ellos hay un brillo deslumbrante que delata lo alegre que se siente.

—Voy a dejar el desayuno hecho, deberías volver a dormir y descansar. ¡Al terminar las clases volveré lo más rápido posible! Llegaré a cuidarte.

—No vayas a estar distraído sólo por pensar en cómo me siento, ¡estaré bien, así que asegúrate de dar bien tus clases!

—¡Lo haré, amor! Ahora vuelve a recostarte y descansa, te marcaré cuando tenga tiempo, te amo.

Volviste a acostarte en la cama, Rengoku te arropó, cuando él salió de la habitación tomaste una almohada para poder abrazarla y te quedaste dormida al instante.

Tras cocinar y dejarte algunas cosas preparadas para cuando despiertes, tuvo que ir a trabajar llegando al colegio en cosa de nada. Luego de estacionar su auto, al salir se le escapó un suspiro de la boca pensando en lo agobiante que podía llegar a ser el día. Quería mandarte un mensaje preguntando cómo te sientes, pero debes de estar dormida y él prometió concentrarse, tampoco quiere estresarse demasiado. No tardó mucho en llegar a la sala de profesores, lo primero que hizo fue saludar a Gyomei, quien se encontraba también en el lugar y de igual manera le deseo buenos días a Kanae quien iba entrando.

Revisó su horario para ver con que salón le toca clase, fue difícil mantener su sonrisa cuando vio que se trata de tu grupo.

Es lamentable que aún tenga problemas que arreglar con Kirari, sabe que debe de hacerlo, pero se va a sentir incómodo contando todo lo que sucedió.

—¿Por qué tienes esa expresión? —cuestionó su amigo apareciendo a un lado.

—¿De dónde saliste?

—Estás lo suficientemente pensativo como para darte cuenta de mi presencia, ¿acaso sucedió algo malo?, ¿ella te dejó? No te preocupes, como tu mejor amigo yo-

—No es nada de eso —respondió tomando algunas de sus cosas y caminando hacia la puerta.

Uzui lo siguió.

Profesor |Kyojuro Rengoku x lectora|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora