Capítulo 31

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—Dejé hecha la cena, cariño —le dijiste a Kyojuro para después darle un beso en la frente. —Debo irme, pero si necesitas a algo llámame.

—Muchas gracias, ________. Por favor ve con cuidado, te habría llevado yo, pero te negaste.

—¡Nos vemos!

Te despediste de tu pareja para luego salir de su departamento, sacaste tu celular y entraste a ver las fotos en la galería, una sonrisa se apoderó de tus labios. Te sientes muy feliz al ver las fotos que se tomaron, tienes muchas ganas de poner alguna de fondo de pantalla, sin embargo, puede ser peligroso. Un pensamiento pasó como un flash por tu cabeza, levantaste la mirada y por el rabillo del ojos viste a alguien con un cabello parecido al de Kyojuro; ignoraste esa imagen creyendo que la habías imaginado. Negaste, tomaste tu celular con una sola mano y respiraste profundo; miraste hacia enfrente para ver que no chocaras con alguien, luego volviste a bajar la mirada.

Buscaste el contacto de Shinobu para poder llamarle, querías pedir ayuda con algo y no tienes ganas de ir sola, al parecer tendrás que contarle algunas cosas.

Ella tardó un poco en responder, pero lo hizo, miraste la hora en tu reloj y algo dudosa hablaste; "necesito que nos veamos en el parque de siempre a las 4:30", escuchaste como dudó y temiste que estuviera ocupada, pero dijo que llegaba rápido y luego colgó. Comenzaste a correr hacia aquella dirección.

—¿Cómo puede ser tan linda?... —se preguntó Rengoku mientras se quitaba el termómetro de la boca.

Sus labios se curvaron, dejó el objeto a un lado y se paró de su cama y se agachó frente a un mueble, comenzó a buscar sus papeles en los cajones y encontró unas cartas; tus cartas. Tomó una por pura curiosidad, ya no recordaba que decían, su sonrisa se hizo más grande cuando leyó lo escrito en el papel; sus mejillas se ruborizaron también. El timbre de la puerta lo interrumpió, sacó rápido los papeles del examen que tiene que entregar y después de dejarlos en el sillón, fue a abrir la puerta.

—¿Puedo pasar? —preguntó su padre.

—¡Adelante! —exclamó. —Es una sorpresa que estés aquí, ¿pasó algo?

—Quiero hablar contigo, Kyojuro —caminó hacia el sillón. —¿Estás bien?

—Algo cansado —respondió quitando los papeles para que pudiera sentarse.

Hay cierta tensión en el ambiente, Shinjuro se está tomando el tiempo para pensar sus palabras y luce más serio de lo normal.

—No quise decir mucho porque Senjuro estaba ahí, pero me preocupa mucho que salgas con una alumna, ¡eso puede arruinar tu carrera!

—¿Es sólo eso? —preguntó, una sonrisita se formó en su rostro. —Sé que lo hago, ¡no hay nada de que preocuparse!

—Kyojuro —este le puso atención al rubio. —Debes de...

Regresando contigo, Shinobu no dejó de hacer preguntas en cuanto le contaste, era sutil con sus palabras así que en ningún momento te sentiste incómoda; incluso te dijo que si no querías responder, estaba bien, pero terminaste haciéndolo por su manipulación, aparte te acompañó a la clínica cuando se lo pediste sin aviso alguno, las respuestas son poco comparado a ello. Un suspiro salió de tu boca cuando miraste la caja de pastillas en tu mano, Shinobu te vio y luego miró la caja, volvió a verte.

—¿Lo hablaste con él? —preguntó.

—No, aún no —respondiste. —Lo que me inquieta no es tomarlas, es que mi madre me descubra y haga una escenita.

—O que sea Himaru —revolviste tu cabello.

—¡Las voy a poner a simple vista! —exclamaste. —Así si las llegan a ver no les van a poner atención...

Profesor |Kyojuro Rengoku x lectora|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora