Capítulo 36

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Canción de este capítulo: All Over Town - The Kooks.

Abrí mis párpados cuando los rayos de sol que ingresaban por la ventana, dando aviso de una nueva mañana, golpeaban de frente a mi rostro.

Aun descansaba mi cabeza en el pecho de Will, lo que me contentó. Era la primera vez que me despertaba antes que él y tenía la posibilidad de admirar cuán bien se veía cuando dormía durante la mañana. Su cabello estaba algo despeinado haciéndolo lucir adorable.

A pesar de que intenté resistirme, no pude evitar la tentación que me provocaban sus labios y me moví lentamente bajo su brazo para poder besarlos. Will presionó sus ojos con fuerza cuando lo hice, el sol ahora también molestaba sus ojos. Soltó un ronco gruñido antes de abrirlos.

-Buenos días -volví a besar sus labios. Una sonrisa no tardó en aparecer en su rostro.

-Buenos días -su voz ronca provocó que un escalofríos recorriera mi espalda.

Will me acercó más a su cuerpo y plantó un beso en mi cabello tal como lo había hecho la noche anterior. Ese gesto me parecía demasiado adorable de su parte. Me recordaba a un padre besando a su pequeña hija, algo que jamás había experimentado. Quizá era por eso que me sentía especial y demasiado amada cuando Will lo hacía.

-¿Qué hora es? -preguntó luego de unos segundos.

Miré al reloj despertador, faltaban diez para las seis... Genial, cuando no tenía -y con no tenía me refería a no quería- la obligación de levantarme temprano simplemente lo hacía.

-Demasiado temprano -me recosté nuevamente en su pecho.

Sabía que no podría dormirme nuevamente pero, ya que tenía tiempo de sobra, escuchar los lentos y tranquilizadores latidos del corazón de Will me parecían mi mejor opción.

Will comenzó rozar la piel de mi desnuda espalda con una de sus manos provocándome cosquilleos a lo largo de mi cuerpo.

Me gustaba despertar junto a Will. Era una de las cosas más hermosas que había vivido jamás. Sentía como si cientos de mariposas se hubieran adueñado de mi estómago cada vez que su piel entraba en contacto con la mía. Sonreí ante el pensamiento de que hacía tan solo unas semanas atrás jamás me hubiera imaginado diciendo eso, es más, lo consideraba algo tonto, pero tal vez era porque en nunca me había enamorado realmente y no había sentido cosas como las que sentía por Will.

De repente me sobresalté al escuchar los gabinetes de la cocina abrirse y cerrarse. Había estado tan metida en mi imaginario cuento de hadas con Will que había olvidado el regreso de mi madre. ¡Si ella lo veía se pondría furiosa!

Levanté mi rostro para ver a Will, él estaba sonriendo. Al parecer no le intimidaba en lo absoluto mi madre, pero a mi sí.

-Quédate aquí iré a la cocina -murmuré.

-Ten cuidado de que no te mate -se burló.

Golpeé su pecho con mi puño y me levanté a regañadientes. Me hubiera gustado quedarme junto a él durante un rato más. Me hubiera gustado que mi madre se hubiera tomado una semana más de vacaciones, a las que ella le gustaba llamar "viajes de negocios".

Me coloqué rápidamente la ropa que había utilizado la noche anterior antes de dejar la habitación. Cuando cerré la puerta sentí como si todo hubiera regresado a la normalidad, como si Will solo fuera una fantasía que vivía en mi mente para lograr sentirme mejor conmigo misma. Estuve a punto de abrir la puerta para asegurarme de que estuviera allí, pero me detuve, eso era demasiado estúpido, incluso para mí.

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