Cuando salí del baño no encontré a Will en mi habitación, seguramente había ido a la cocina por algo de comer o beber.
Me coloqué mis zapatillas antes de ir hacia la cocina para encontrarme con Will, pero no estaba ahí.
-¿Will? -llamé pero no hubo respuesta.
Me dirigí a la sala pero tampoco lo encontré ahí, él único lugar que restaba era el patio, pero estaba totalmente vacío cuando salí a ver. ¿Dónde rayos se había metido?
Un escalofrío recorrió mi espalda cuando en mi mente cruzó el nombre de Charles, pero inmediatamente descarté la idea. No había manera de que ese hombre entrara a mi casa y no me haya dado cuenta, ¿cierto?
Luego pensé en Sydney, probablemente estaba con ella. Aunque me relajé porque la imagen negra de ese hombre, que todavía no llegaba a conocer, había dejado mi mente, me invadió algo de preocupación, ¿por qué Will se iría sin avisar?
Entonces fue cuando todo en mi mente se vio más claro. No podía haber sido tan tonta para preguntarme el por qué Will no quería que Sydney permaneciera en los Estados Unidos. Era más que obvio que si Charles sabía sobre ella, no sería yo quién estaría preocupándose por su propia vida, o quizá seriamos ambas en lugar de solo yo.
Desde el primer momento que me enteré de la existencia de Charles comencé a repudiarlo pero ahora, la idea de que Sydney pudiera estar involucrada también, hacia que lo que sentía se multiplicara infinitamente. Si la hermana de Will estaba en peligro no dudaría ni un minuto en hacerme un blanco fácil para Charles mientras que ella pudiera escapar.
Antes de hacer una locura y seguir con mis hipótesis levanté mi teléfono del césped -aún permanecía ahí desde que me metí con Brandon a la piscina- y envié un mensaje a Will lo más rápido que mis dedos me permitieron.
-¿Estás con Sydney? ¿Están bien?
-Sí, estoy con ella. Estamos bien. Mi batería se agota, te hablaré luego -respondió tras unos segundos.
Por un momento parecía que había dejado de respirar ya que cuando terminé de leer el mensaje de Will solté una gran bocanada de aire. En gran parte me alegraba de que nada malo estuviera ocurriendo, pero aun así no entendía por qué se había ido sin siquiera decírmelo.
Me dije a mi misma que no era el momento de desconfiar de Will en ningún aspecto, además él estaba con su hermana. «Y con la chica con la que follaba» una voz dijo en mi mente. ¿Qué diablos? Esto de escuchar voces en mi cabeza haciéndome estremecer y sentir pésima era demasiado enfermizo. Debía comenzar a controlar esos pensamientos que no ayudaban en absolutamente nada.
Eran tan solo las seis de la tarde, quedaba un largo rato para que el día acabara y no tenía ganas de salir de casa. El calor era abrazador y tenía además deberes pendientes que hacer.
Volví a mi habitación procurando terminar una redacción para literatura. Me había dado cuenta que desde que comencé mi relación con Will había dejado de lado todo lo referido al estudio, pero honestamente ya no me interesaba demasiado sacar sobresalientes para satisfacer a mi madre. Por un lado, sabía que ya no me acompañaría a comprar un vestido, ella regresaría a Los Ángeles dentro de dos días y seguramente pondría como excusa que está demasiado agotada como para ir de compras conmigo -claro que no lo estaría para salir con Daniel y sus demás amigos-, y actualmente prefería que Will y Sydney me acompañaran en lugar de mi madre. Ellos no parecían avergonzarse de estar en público junto a mí o me trataban como basura. Por otro lado, no permitiría que mi madre me impidiera ir a aquél baile, no ahora que sabía que Will iría realmente conmigo, si era necesario me escaparía de casa como ya lo había hecho tantas veces antes sin que ella lo notara.

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SCARS
Mystery / Thriller"Las únicas cicatrices que jamás sanarán son aquellas que no eres capaz de ver." Annaleigh Wild es una joven de diecisiete años que ha pasado su vida entera tratando de ganar el cariño de su madre, quién no parece interesarse por ella. Como si...