«Este es un cuento de hadas moderno: No tiene finales felices.»
The heart wants what it wants - Selena Gomez.
Mientras las gotas de la ducha golpeaban mi rostro no pode evitar pensar en todo lo que estaba sucediendo.
Durante todo el día Will había estado haciendo llamadas y marcando mapas de Los Angeles aquí y allí. Por la tarde, Mark había visto a un auto negro con vidrios tintados demasiado sospecho en Joe's, por lo que comenzó a seguirlo, teniendo cuidado de que no lo vieran. El auto pasó de Joe's a nuestra escuela e incluso se detuvo durante más de una hora en el antiguo departamento de Will. No cabían dudas de que esa gente estaba tras nosotros. Era gente que trabajaba para Charles.
Will le ordenó por teléfono a Mark que no los perdiera de vista pero, al parecer, éstos se dieron cuenta de que estaban siendo seguidos y comenzaron a meterse por distintas calles a toda velocidad, perdiéndose en la ciudad. Desde ese momento, Will maldijo como nunca antes y comenzó a hacer llamadas sin parar.
—Quiero que vigilen todos los alrededores —lo había escuchado decir en una de sus llamadas—. ¡No me interesa lo que cueste, Joshua, solo hazlo!
Él lucía cansado, molesto, pero por sobre todas las cosas, preocupado. Había hecho un gran intento en que yo no escuchara las conversaciones que tenía para mantenerme lo más alejada posible del asunto, incluso me había pedido que fuera a la casa de Brandon, pero no fui capaz de dejarlo solo en ese estado. Parecía estar volviéndose loco, caminando de un lado para el otro de la sala mientras hablaba por el teléfono, gritando y haciendo gestos con la mano, corriendo desde un lado de la habitación para llegar hasta el mapa, que había dejado sobre la mesa de té, y anotar cualquier dato que le dieran.
El miedo por Charles que pensé había desaparecido volvió a invadirme. La única vez que Charles había actuado había sido cuando dejó las rosas en el hotel, esa fue la única vez que sentí que era real, luego, cuando desapareció por tanto tiempo llegué a pensar que ya había sido todo o que quizá no existía nada de lo que preocuparse, que solo quería darle un pequeño susto a Will para que dejara de desobedecerle. Pero ahora, nuevamente, sentía que era real, más real que nunca, que nuestras vidas estaban en serio peligro, que no era un simple jueguecillo.
Apagué la ducha y rodeé mi cuerpo con una toalla antes de salir hacia la habitación. Pude escuchar a Will todavía gritando cosas por teléfono y sentí una gran tristeza. Detestaba verlo así, tan fuera de sí mismo, tan preocupado por protegerme haciendo llamadas a casi todo el mundo que apenas me había dirigido la palabra desde que Mark le dijo que los había perdido... Cerré mis ojos con fuerzas e intenté convencerme de que todo estaría bien, aunque sabía que solo estaba mintiéndome a mí misma.
Me vestí con un pantalón negro y una camiseta de mangas cortas blancas. Me puse mis Converse negras y me dirigí a la sala con el cabello todavía mojado, lo último que me preocupaba en aquellos momentos era mi apariencia.
—¡Maldición! —gritó Will y estrelló su puño contra la pared mientras yo entraba a la sala.
Parecía furioso y completamente desorientado. En cuanto notó mi presencia intentó parecer despreocupado, fallando completamente. Incluso desde el otro lado de la sala podía notar todo su cuerpo tenso y su mandíbula tan apretada que sus dientes podrían romperse con tan sólo un poco más de presión.

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SCARS
Mystery / Thriller"Las únicas cicatrices que jamás sanarán son aquellas que no eres capaz de ver." Annaleigh Wild es una joven de diecisiete años que ha pasado su vida entera tratando de ganar el cariño de su madre, quién no parece interesarse por ella. Como si...