Pls, no al bardo.
Luego de que le insistí a Will por un largo rato que me mostrara su esmoquin recibiendo solo negaciones de su parte, ambos bajamos a la cocina para desayunar. No entendía en realidad porqué tanto misterio para mostrármelo y me pregunté a mi misma si en realidad lo había comprado o solo lo había dicho para que no me enfadara con él. De todas maneras, no cabían dudas de que realmente pensaba acompañarme, lo conocía lo suficiente como para saber que no me compraría un vestido que le fascinaba para que lo usara para ir a algún lugar con cualquier otra persona que no fuera él.
Me senté en el taburete frente al desayunador mientras veía a Will preparar su desayuno... Él lucía tan espectacularmente bien. Los músculos de sus brazos cubiertos parcialmente por la tinta de sus tatuajes se movían levemente cada vez que tomaba algo en su mano provocándome una especie de cosquillas en mi estómago. Sentí la necesidad de hacer algún tipo de broma sobre él haciendo ejercicio pero ninguna cruzó mi cabeza, no podía pensar en nada más que cada uno de sus músculos moviéndose debajo de su camiseta y cómo se verían si no la llevara puesta.
-¿Disfrutando la vista? -me sorprendió con una sonrisa burlona.
-No es que haya mucho que mirar -bromeé.
-¿No? -levantó las cejas mientras terminaba de preparar un sándwich.
-Claro que no, solo mi ridículamente-sexy novio.
-Seguro -negó con la cabeza y depositó una taza y un plato con dos sándwiches frente a mí.
-Yo ya desayuné -le recordé.
-¿Hablas del café que tomaste en el colegio? -asentí-. Eso no es un desayuno, eso es solo un café.
Las palabras de Will me recordaron a la madre de Brandon regañándome por lo mismo centenares de veces, añadiendo que era la comida más importante del día y que no debía salteármela como lo hacía de costumbre.
Rodé los ojos, cogí un sándwich y le di un mordisco.
-Delicioso -dije y él sonrió.
-Lo sé -se inclinó sobre el desayunador para apoyar sus codos en él.
-Eres un gran ególatra -dije golpeando suavemente su brazo con mi codo.
Amaba cuando Will estaba de buen humor incluso como para hacer bromas. Este día no podía ir mejor, desde el momento en que me llamó amor hasta ahora -excluyendo lo que sucedió en el auto-, podría decirse que había sido uno de nuestros mejores días. Él estaba tan divertido y despreocupado que incluso llegó a alterarme en cierto modo pero no creía que si algo malo estuviera ocurriendo él actuara de esa manera.
Sydney entró a la cocina con una videograbadora en la mano, sonrió de oreja a oreja al vernos.
-Y este es mi hermano y su novia, ¿no es linda? -habló mientras dirigía el lente hacia nosotros.
Aún no me acostumbraba a ser llamada la novia de Will, pero cada vez que lo oía sonreía inconscientemente a la vez que los pelos se me ponían de punta. Sí, era la novia del increíble Will Holworth aunque nadie lo creyera. Probablemente quien sea que nos viera juntos, como había sucedido en el colegio esa misma mañana, se nos quedaba mirando como si ambos fuéramos bichos raros. Era como si Will fuera un lobo y yo fuera la oveja, y probablemente era cierto. Éramos polos opuestos, de eso estaba más que segura, sin embargo, ¿no hay un dicho popular que dice que los polos opuestos se atraen? Sin duda este era el caso y no me interesaba que la gente me observara de manera extraña siempre que Will estuviera a mi lado. Lo que sentía por él era mucho más importante que las miradas de desconocidos. Ellos no sabían nada sobre nosotros.

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SCARS
Mystery / Thriller"Las únicas cicatrices que jamás sanarán son aquellas que no eres capaz de ver." Annaleigh Wild es una joven de diecisiete años que ha pasado su vida entera tratando de ganar el cariño de su madre, quién no parece interesarse por ella. Como si...