SCARS

Capítulo 55

Este es el fin, hermosa amiga. Este es el fin, mi única amiga, el fin.

De nuestros elaborados planes, el fin.

De todo lo que permanece, el fin

Sin seguridad o sorpresa, el fin

Nunca te volveré a mirar a los ojos... otra vez.

The End – The Doors.

Mientras subía las escaleras del sótano, con Jace tomándome del brazo, sentí mis manos sudorosas. Estaba completamente nerviosa... y asustada.

Un hombre pequeño estaba al final de la escalera, estudiando cada uno de nuestros movimientos. Me miró y luego se dirigió a Jace en un tono que podría haber jurado que era de miedo.

—Iré contigo —el hombre dijo.

—No —respondió Jace—. La llevaré a Charles, él me pidió que lo hiciera. Por mi cuenta.

—Si la chica escapa...

—¡Maldición, Gregory, ella no lo hará! —la voz de Jace era fría y tajante—. ¿Recuerdas quién soy? No permitiré que se escape.

El hombre me miró una última vez, con desconfianza, pero finalmente asintió y nos seguir nuestro camino.

Jace me guio a través de los pasillos en la misma dirección en la que yo había ido cuando había tratado de escapar, pero esta vez Mark no estaba allí para detenernos. De cualquier modo, creía que sin importar que nos encontráramos a decenas de hombres como Mark en el camino, ellos harían lo que Jace dijera. Al parecer todos temían que al desobedecer sus órdenes, el tío del muchacho tomara cartas en el asunto... Intenté no pensar demasiado en ello, pero de todas formas mi mente vagó y pensé que temían aquello porque seguramente alguien había desobedecido sus órdenes y no le había ido bien.

—Por favor, Anna, recuerda lo que pedí —dijo Jace mientras caminaba por otro corredor, sacándome de mis pensamientos.

Me sentía mareada. Ese lugar era un verdadero laberinto y todas aquellas idénticas paredes blancas sin ventanas ni puertas me generaron un gran dolor de cabeza. Sentía como si estuviera yendo en círculos, yendo a ninguna parte, aunque en realidad estaba encaminándome hacia mi final.

—Annaleigh, ¿me estás escuchando? —Jace dejó de caminar y me miró por primera vez desde que dejamos el sótano.

—Sí, es solo que... —mi voz sonó realmente mal, fue incluso más baja que un susurro y no estaba segura de que él me hubiera escuchado—. No me siento bastante bien.

Jace hizo una mueca y soltó su agarre. Pude notar en su rostro que se sentía abrumado, como si estuviera en medio de un dilema en el que no tenía ni idea de qué elegir. Me pregunte qué era eso que lo tenía así. Me había dicho a mí misma que era un buen chico, después de todo, y que hacía todo lo que hacía por su padre. Lo único que debía hacer ahora era llevarme a Charles y dejar todo lo que restaba a su tío.

Pasó una mano por su rubio cabello y soltó un pesado suspiro antes de hablar.

—Puedo sacarte de aquí —murmuró y lo miré anonada. No podía estar hablando en serio—. Puedo sacarte de aquí, pero no puedo asegurarte que Charles no vuelva a buscarte, como tampoco puedo asegurarte que Will salga de aquí. Puedo...