Capítulo 48.

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«Otra lágrima, otro llanto, otro lugar para que muramos. No es complicado.» Ed Sheeran.


-Maldición Will, ¿dónde has estado? -chillé y corrí a abrazarlo.

Will había desaparecido durante toda la mañana provocando que los peores pensamientos cruzaran por mi cabeza. Incluso pensé en Charles, aunque era algo muy poco probable considerando que Will estaba en la cafetería y de pronto se esfumó, pero también cabía la posibilidad de que lo hubiera amenazado y él se fuera para evitar que algo sucediera.

Como si fuera poco, había perdido mi teléfono y no tuve manera de contactarme con Will y, a pesar de que Daxton y Brandon me aseguraron durante toda la mañana que él se encontraba bien y que solo debía encargarse de unos "pequeños asuntos", no me tranquilicé sino hasta el momento en que lo vi en el aparcamiento del colegio, apoyado en su auto, sano y salvo.

-Estoy bien, Anna -me devolvió el abrazo tras soltar un pequeño gemido de dolor.

Miré su rostro. Sus labios formaban una dura línea y su ceño estaba demasiado fruncido. Definitivamente me había equivocado al pensar que estaba sano y salvo.

-¿Qué está mal? -dije separándome de él para poder mirarlo a los ojos. No respondió-. Will, ya deja de ocultarme cosas, te lo he dicho con anterioridad, nada ha ido bien de esa manera. Esto es...

-Vamos a casa, necesitamos hablar -me interrumpió con voz tajante, huyendo de mi mirada.

Lo miré confundida. ¿Hablar sobre qué? ¿De algo que ya sabía o algo de lo que todavía no era consiente? Esperaba que fuera por lo primero, aún no estaba lista para seguir agregando ítems a la lista de cosas por la que preocuparme, incluso aunque ya comenzaba a asimilar lo de Georgia... era demasiado pronto.

-Iremos tras ustedes -escuché la voz de Daxton a mis espaldas.

¿Iremos? Volteé. Brandon estaba junto a él. ¿Qué rayos estaba sucediendo? ¿Por qué Daxton y Brandon irían al departamento de Will, a nuestro lugar?

Mi mente se llenó con pensamientos horrendos nuevamente. Quizá lo peor estaba por venir, quizá aquello por lo que tanto habíamos esperado, aquella bomba que no hacía más que ir cuenta atrás segundo a segundo, estaba por llegar a su fin.

Nunca pensé realmente en las cosas que podría hacer Charles cuando llegara el momento, sabía de antemano que nos haría sufrir, demasiado, pero no tenía la mente tan retorcida como para pensar como él. ¿Nos torturaría hasta la muerte? ¿A quiénes de nosotros planeaba lastimar? ¿Estaban Daxton y Brandon incluidos en ese grupo? No podía soportarlo. Ni siquiera podía soportar la idea de que lastimara a Will, mucho menos que ahora se añadieran dos de mis amigos a la lista.

Tragué el nudo de mi garganta y agaché la mirada para que Will no notara que mis ojos se habían llenado de lágrimas. Seguramente sabía cómo me sentía, pero si me veía más frágil inventaría cualquier excusa para ocultarme lo que fuera que estaba a punto de decirme. No podía dejar pasar esta oportunidad, la vez que no tenía que rogarle para que lo hiciera... esto último no hacía nada más que confirmar que no se trataba de nada leve, algo realmente importante estaba sucediendo.

Esquivé la mirada de Will durante todo el trayecto a casa. El silencio en el auto se había tornado incómodo y tenso, pero ninguno de los dos dijo algo, ni siquiera prendimos la radio. No había lugar para eso. Las cosas estaban mal, muy mal.

Brandon y Daxton nos siguieron durante todo el trayecto hasta el edificio y luego se nos unieron para subir al departamento de Will. Esta vez no presté atención a la gran vista que brindaba el elevador, sino que clavé mis ojos en mis pies. No podía mirar a mi mejor amigo a los ojos sin sentirme completamente culpable. ¿En qué lo había metido?

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