SCARS

Capítulo 54

«Solo porque estoy perdiendo no significa que esté perdido, no significa que me detendré, no significa que esté del otro lado.»

Lost? - Coldplay.

El almacén parecía un lugar abandonado hacía mucho tiempo, con la pintura gris de sus paredes completamente descascarada y llena de grafitis. Había pocas ventanas pero todas estaban destruidas como si alguien se hubiera tomado el tiempo de arrojarle piedras a cada una de ellas hasta dejar los cristales hechos añicos. Había tan solo una puerta y junto a ella un hombre fornido de brazos cruzados parecía estar esperando mi llegada.

Si no hubiera visto a aquél hombre, jamás hubiera pensado que ese el lugar en que me encontraría con Charles. Este lugar no era para nada del estilo lujoso del viejo.

Estacioné mi auto en frente y cuando bajé tiré disimuladamente mi teléfono al piso y lo pateé bajo el auto. La única razón por la que no me había desecho de él antes era por si algo surgía antes del encuentro, pero ya no había necesidad de llevarlo conmigo porque eso significaba darle en bandeja a Charles algo que tenía demasiada información con la que podría hacer un festín para torturarme.

Caminé hasta la puerta del lugar mientras examinaba con mucha atención cada una de las posibles salidas... En lo que parecía ser la primer planta, no había ninguna. Arriba había cuatro ventanas dispuestas uniformemente en el frente del edificio. Si debíamos salir por ahí primero debería quitar los restos de vidrio y luego deberíamos saltar de ahí... No parecía mucho, quizá tres metros, pero si no caíamos bien y nos lastimábamos sería un gran problema.

-Nombre -espetó el hombre de la puerta en cuanto llegué a su lado.

No me lo estaba preguntando, me lo estaba exigiendo y eso era algo que me cabreaba demasiado, Charles debía de saberlo y haría cualquier cosa para fastidiarme y hacer que le diera más razones para lastimarla... no iba a caer en esa sucia jugada.

-Holworth -respondí con la voz más neutra que pude-. Will Holworth.

El hombre de cabello oscuro y ojos marrones descruzó sus brazos y abrió la puerta. Oscuridad total era lo único que podía ver. Probablemente era para asustarme o alguna de esas mierda, pero el único temor que tenía en aquél momento no era por mi persona, sino por Annaleigh.

El hombre me miró con impaciencia para que me sumiera en la oscuridad y tras un segundo lo hice. Él me siguió y cerró la puerta tras nosotros. Ahora sí que no podía ver absolutamente nada.

Sentí un fuerte presión en el brazo derecho y casi pierdo mi mierda.

-Será mejor que no te resistas -amenazó el hombre mientras tiraba de mí hacia delante.

El hombre tiró con más fuerza de la necesaria de mi brazo para guiarme por la oscuridad. Primero seguimos en dirección recta y luego subimos un par de peldaños que no eran los suficientes como para llegar a una segunda planta. Ahora comprendía el por qué de la oscuridad: querían desorientarme.

Tras un largo recorrido en completa oscuridad el hombre que me sostenía abrió una puerta, me empujó dentro de una habitación levemente iluminada y cerró la puerta tras mi dejándome completamente solo.

Escruté la habitación esperando que alguna de las cuatro ventanas que había visto antes de entrar estuviera en esa habitación, pero la única que había era la misma puerta por la que acababa de entrar... eso dificultaba un poco las cosas.

La habitación no parecía para nada pertenecer a un lugar abandonado. Las paredes de ladrillo y los pisos de madera parecían limpios y cuidados a pesar de que no había ningún tipo de decoración que indicara que fuese un lugar concurrente. Charles acostumbra a poner cuadros estúpidos como el de perros jugado al póker o costosos palos de billar como adornos. Aquí solo había una mesa en el centro de la habitación con dos sillas, una enfrentando a la otra y ya podía hacerme idea para quién era cada uno de esos lugares.