24

143K 7.7K 1.6K
                                    


«Y lo sé, sé que me equivoqué contigo.

Pero, ¿me crees cuando digo que voy a compensarte de alguna manera?»

I'm so sorry – Imagine Dragons.



—Te veo en el receso —se despidió Brandon cuando llegamos a mi casillero.

Le regalé una sonrisa y volteé a guardar mis libros mientras él seguía su camino hacia las canchas de baloncesto.

Nos habíamos divertido mucho la noche anterior. Habíamos regresado a los viejos tiempos en donde nos quedábamos toda la noche viendo películas de terror que lo único que nos provocaban eran gracia. A pesar de todo lo malo que había sucedido me sentía feliz de compartir tiempo con Brandon como cuando éramos más chicos.

Cuando terminé de guardar mis libros y estaba a punto de cerrar mi casillero, alguien se adelantó y lo cerró de un golpe. Antes de que pudiera quejarme sentí que me tomaban del brazo y me conducían a algún lugar.

—Suéltame —ordené al ver a Will, quien me llevaba casi a rastras.

Él no respondió, ni siquiera había volteado a mirarme. Abrió la puerta de un salón que estaba vacío y entró obligándome a entrar a mí también. Se paró contra la puerta y finalmente soltó su agarre.

—Déjame ir —volví a ordenar. Él me miraba con enfado.

—¿Qué mierda ha sido lo de anoche? —soltó con demasiada dureza.

—Si no te quitas, gritaré —dije ignorando su pregunta.

—Joder, ¿por qué mierda fuiste a Dark Game? —gritó.

—Lo que yo haga no es de tu interés, idiota. Déjame en paz.

—Te lo preguntaré por última vez, y espero que respondas —amenazó—. ¿Qué hacías en Dark Game con el estúpido de Buckley la noche anterior?

—No sé quién te crees para amenazarme. No te tengo miedo, Holworth.

—¿Están saliendo? —su mandíbula se había tensado.

—Esta conversación no tiene sentido. Déjame ir.

—Annaleigh, has hecho una estupidez al ir a Dark Game, ¿lo sabes?

—Devolví el dinero que me diste. Ya no volveré a ir, no te preocupes, no quiero tener nada que ver contigo —dije mirándolo a los ojos.

—Lo único que has logrado es atarte a mí —noté como los músculos bajo su negra camiseta se tensaban.

—No lo creo.

—Intenté alejarte de mí porque tu vida corría peligro y ahora, gracias a tu gran estupidez, ya no estás a salvo.

—Ya no confío en ti —dije negando lentamente con la cabeza.

—Has empeorado las cosas más de lo que te imaginas, Anna —murmuró mirándome a los ojos. Rápidamente aparté la vista.

—Buen discurso, Holworth, pero lamentablemente no creo ni una de las palabras que han salido de tu boca —dije con la mirada clavada en el suelo.

—¿Por qué mentiría? —preguntó, como si la respuesta no fuera una obviedad.

—Dímelo tú, me has usado sólo por dinero —dije con repulsión.

—Ha sido una farsa, Annaleigh. ¿Qué no te das cuenta?

SCARS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora