Capítulo 43.

78K 5.6K 579
                                        



Will POV


Mierda —me quejé mientras intentaba mantener mis párpados cerrados.

Mi cabeza latía con fuerza como si me hubiera dado un fuerte golpe y luchara para mantenerme despierto. No tenía la más puta idea de qué me había causado ese fuerte dolor pero no intenté recordarlo porque sabía que solo lo empeoraría.

Aunque intenté cerrar los ojos para volverme a dormir y no sentir más malestar, noté que alguien me acariciaba el cabello, tal como... como mamá cuando era un niño. Maldición.

Abrí los ojos solo para dejar de pensar en algo imposible y volver a la realidad. Ella... ella estaba con los ojos rojizos e hinchados mirándome como si fuera un perro lastimado... joder.

—¿Qué...? —La cabeza me latió con fuerza como si alguien me hubiera dado con un bate—. Mierda.

—Aquí tengo un Ibuprofeno, supongo que te hará bien —dijo Anna tendiéndome una pastilla y un vaso de agua.

Junté todas mis fuerzas y, con ayuda de Annaleigh, logré sentarme y tomarme la maldita píldora. Esperaba que me ayudara a pasar el dolor que iba incrementando en mi cabeza, tan solo quería eso para poder hablar sin que doliera tan jodidamente mucho.

Annaleigh se quedó parada a un lado de la cama y le hice seña para que se sentara a mi lado. Ella sonrió, pero no con esa sonrisa radiante que hacía que toda mi mierda desapareciera de un momento al otro sino una que parecía una sonrisa forzada, y tomó asiento a mi lado. Algo no iba bien y sospechaba que mi dolor de jaqueca tenía que ver con eso.

—¿Has estado llorando? —no respondió—. Joder, sé que has estado llorando, puedo notarlo.

Ella se movió, incómoda, pero no dijo nada. ¿Acaso estaba haciendo la ley del hielo o una de esas mierdas? Y en ese caso, ¿qué diablos había hecho yo para que actuara de esa manera?

A pesar de que mi dolor de cabeza no hacía más que intensificarse, intenté recordar lo que había sucedido antes de que me durmiera... No tardé más de un segundo en recordar lo sucedido con Brandon, a dónde me dirigí después de eso y luego las ganas que tuve de matar a Bryan. Aun así, seguí sin recordar qué diablos había hecho para terminar en este estado, pero no me tomó mucho tiempo darme cuenta de lo que solía hacer para terminar así.

—Me emborraché —dije y ella me miró con pena.

Su mirada me confirmó mi duda.

Sabía que esto iba a suceder, por más que lo evitara. No había podido detenerlo durante tres años y este no sería la excepción, pero no podía creer cuán estúpido fui para permitir que Annaleigh me viera en ese estado. Maldición, ¿en qué diablos estaba pensando?

Jamás me había importado una mierda, ni siquiera cuando me acostaba con Emily y ella tenía que limpiar toda mi basura, pero no podía hacerle esto a la mujer que amaba. Quién sabe qué mierda había dicho, y estaba seguro de que había dicho algo malo, de otro modo no se habría puesto de esta manera. ¡Ni siquiera debía haberme emborrachado, eso seguramente la había destrozado!

En la escala del uno al diez yo era un puto valor atípico, que se encontraba por debajo del menos infinito, como novio. No había manera de que, estando consiente, hubiera pensado en emborracharme estando ella a tan solo metros de distancia de mí, estando en la misma casa. ¿Qué mierda estaba mal conmigo?

—Sea lo que sea que haya dicho, es pura mierda —dije sin siquiera detenerme a pensar en lo que podría haber sido.

—Está bien —susurró.

SCARS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora