Capítulo 52

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Para aquellos que no recuerdan quién es Jace, si quieren recordarlo aparece en el capítulo 5 y en el capítulo 30.

«Tomaría un suspiro si eso fuera todo lo que tuvieras que dar. Pero no lo es. Tú vendrías y me salvarías, me perseguirías locamente, fuera de mi cabeza.


Estoy en el borde y grito mi nombre, como un tonto, con todas mis fuerzas. A veces, cuando cierro mis ojos, finjo estar bien, pero nunca es suficiente. Porque mi eco es la única voz que me contesta.
Mi sombra es la única amiga que tengo.»

Echo – Jason Walker.



Annaleigh POV.

Mi corazón empezó a latir con fuerza pero no por esperanza de ver a alguien que había conocido, sino por temor.

Decenas de preguntas cruzaron mi mente generándome grandes dudas. ¿Esto tenía que ver realmente solo con Will o Jace había estado tras mí todo este tiempo? Lo recordé cuando lo vi por primera vez en Dark Game y luego cuando nos encontramos casualmente en el centro comercial y me pidió mi número de teléfono. ¿Acaso ese encuentro había sido planeado?

Me arrastré como pude hacia la esquina de la habitación, temiendo por lo que aquél chico de ojos azules pudiera hacerme, aunque era consciente de que no podría defenderme estando atada de manos y pies.

—¿Estás bien?

La voz de Jace fue dura y fría, al igual que su mirada. No parecía en lo absoluto al chico amable que había visto en el centro comercial, ahora parecía una persona totalmente diferente.

Permaneció de pie frente a mí durante largos segundos, mirándome como si estuviera enfadado conmigo por alguna razón que no lograba comprender. Yo era la que estaba atada de manos y pies. Yo era a quien habían secuestrado. Yo debería estar enfadada con él y toda la mierda de gente que trabajaba para Charles, no él conmigo.

Luego de unos segundos que parecieron una eternidad metió la mano al bolsillo de su cachaquea de cuero negra y sacó de ella una navaja.

Un gran pánico comenzó a recorrer mi cuerpo cuando se agachó frente a mí y comencé a temblar inconscientemente. ¿Me mataría? Si era así, esperaba que lo hiciera rápido.

—No te muevas —gruñó mientras me tomaba con fuerza las manos.

¿Qué no me moviera? Como si yo fuera capaz de controlar mi pánico en aquél momento. Me acababan de decir que mi novio estaba muerto y aparentemente yo era la siguiente en la lista. Sentí la ira expandirse en mi interior, este imbécil no podía estar hablando en serio.

Tiré de mis manos hacia mi pecho, intentando librarme de su agarre, y la navaja rozó levemente mi mano, dejando un hilo de sangre por su paso.

—¡Joder, quédate quieta! —gritó mientras volvía a tomarme las manos, esta vez con tanta fuerza que comenzó a dolerme.

—Prefiero estar muerta antes de seguir tus malditas órdenes —respondí de la misma manera mientras intentaba que me soltara.

—Lo estarás si no dejas de gritar —dijo soltando mis manos.

Por el impulso mis manos golpearon mi pecho con demasiada fuerza y solté un quejido, pero no le presté demasiada atención. Lo que acababa de decir Jace no sonaba como una amenaza, más bien parecía estar advirtiéndome, dándome un concejo...

No. Mi mente había comenzado a jugarme en contra, otra vez.

—Escucha, tan solo quiero quitarte esas cuerdas que están dañándote, luego me iré —dijo mirándome a los ojos, no pude sostener su mirada por mucho tiempo y la desvié a mis manos—, pero deja de gritar de una maldita vez.

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