Capítulo 12: Volver al pasado

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—Esto no está bien. Henry tiene que volver a la escuela, ha perdido demasiadas clases.

—Puedes volverte loca en el auto. No tenemos tiempo.

—Hablo en serio. Una de las dos tiene que ser la persona adulta y responsable, obviamente tú no puedes serlo.

—Razón por la cual estoy a cargo. —Terminé de subir las maletas al auto.

—Todo guardado en el auto, ma. —Henry caminó con tres almohadas en sus brazos y tres mantas sobre su cabeza.

—¿Por qué estás llevando todo eso? —Mi hijo y mi... y Regina, están locos.

—Ni siquiera sabemos a dónde vamos. Empaqué toallas limpias pero no creo que sea suficiente ¿cuántos días estaremos fuera?

—¿Empacaste toallas? ¿Quién lleva toallas cuando se va de viaje? Regina, no estamos yendo de paseo —aproveché que Henry ya estaba en el auto para poner un poco de orden dentro de la loca cabeza de su madre—, mis padres se volvieron locos y no tengo ni idea de lo que quieran hacer contigo. Así que deja de preocuparte a dónde vamos y preocúpate de salir de aquí cuanto antes. ¿Ok?

Respiré aliviada al ver a Regina subirse al auto al fin. Por suerte no era un secuestro real, porque ella saca de quicio a cualquiera.

—¿Iremos a Disney?

—Esto no es un paseo, chico.

—Pero podemos ir a Disney.

—No iremos a Disney.

—Que aburrido. Si vamos a ir a la playa tenemos que comprar ropa porque mamá y yo no trajimos ropa de playa.

Sin duda alguna, nuestro viaje fuera de Storybrook iba a ser interesante.

XXXSQXXX

Cruzar la línea de la ciudad fue bastante fácil, nadie perdió la memoria, ninguna Reina Malvada hizo su aparición, y las hadas no estuvieron allí para impedir nuestra huida y convertirnos en calabazas. Lo difícil ocurrió después de dos horas completas de conducir. Regina no dejaba de preguntar dónde iríamos, o qué haríamos con nuestras vidas de ahora en adelante.

—Necesito ir al baño. —Empezó Henry.

—Todos necesitamos ir al baño —Se quejó Regina, al igual que una adolescente malhumorada.

—La siguiente gasolinera está a quince minutos.

—No puedo aguantar todo ese tiempo, necesito ir al baño ahora. —Dijo Henry, brincando como un niño pequeño en el asiento trasero.

—No debiste haberte tomado todos esos refrescos.

—Quería mantenerme despierto.

—¿Qué vamos a hacer ahora? No podemos ir a una gasolinera cualquiera, son lugares horribles. —Se quejó Regina.

—Ok. Basta. —Detuve el auto a un lado de la carretera—. Debieron ir al baño antes de salir de casa, y si no quieren orinar en el baño de una gasolinera, van a bajarse y orinar aquí.

—¿Has perdido la cabeza? Estamos en mitad de la nada.

—No he perdido la cabeza, Regina, pero mi paciencia tiene un límite. —Dije enojada.

Regina y Henry compartieron miradas secretas, y durante los siguientes quince minutos no se movieron, ni se quejaron, ni dijeron una sola palabra. Eso no era bueno.

Cuando llegamos a la gasolinera fui la primera en ir al baño, luego compré algunas provisiones y me senté a esperarlos. Quizá fui un poco dura con ellos, después del horrible día que habíamos tenido estuvo mal de mi parte perder la paciencia de esa manera, en especial porque ellos no están acostumbrados a movilizarse de un lado a otro.

Not in a sexual wayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora