Capítulo 9: Día de chicas Parte 2

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Regina Mills adora quejarse, por todo y por todos, es su cosa favorita número uno. Tras dejar a Tink instalada en su nuevo departamento amoblado fuimos a recoger a Henry, Neal estaba allí. Había olvidado por completo su existencia, y creo que Regina también, quizá debido a todos los cambios radicales que hemos tenido que asumir por el bienestar de Henry, pero eso no significaba que Regina iba a darle a Neal un tratamiento amigable y recibirlo con los brazos abiertos en la vida de Henry.

—Soy su padre.

—Que mi hijo comparta sus genes contigo no te da el título de padre automáticamente.

—No voy a hablar contigo, ni siquiera eres su madre.

—Neal. —Me vi obligada a intervenir.

Lo obligué a ir conmigo fuera del departamento, y fuera del edificio. Sé que tener una discusión en el medio de la calle no era lo ideal pero era mucho mejor que tenerla con Regina y seguramente Henry husmeando.

—Regina es la madre de Henry.

—Esa mujer...

—Esa mujer adoptó a Henry, es su madre en todos los sentidos.

—Yo no estuve de acuerdo en eso, no di mi autorización.

—La perdiste cuando me enviaste a la cárcel. Gracias por eso, fueron unas vacaciones inolvidables.

—Solo lo hice...

—No me importa. Está en el pasado, lo superé, seguí con mi vida, y durante todo ese tiempo Henry tuvo una mamá que le dio la vida que tú y yo jamás habríamos podido darle.

—¿Estamos hablando de la misma persona? Esa mujer es la razón de toda esta mierda, Emma.

—No. Todo esto es por ti y tu padre. Y no voy a perder el tiempo discutiendo por nuestro pasado, o el de ella, o quién es el mejor villano. No puedes aparecer en la vida de Henry de un momento a otro y querer jugar al padre del año.

—Es mi hijo, y estoy apareciendo ahora porque no tenía ni idea de su existencia.

—¿Y dónde has estado todos estos días? Ni siquiera has llamado para saber si él estaba bien o necesitaba algo.

—Estaba dándole un tiempo para que todo pasara.

—¡Es un niño! Mientras tú has estado haciendo quién sabe qué, esa mujer que acabas de tratar mal ha cuidado de él mejor que nadie.

—Tengo asuntos que resolver. No sé si voy a quedarme aquí o no, y la verdad creo que lo mejor sería que tomemos a Henry y nos vayamos de aquí.

—¿Te volviste loco?

—No tienes idea de cómo son estas personas, las cosas horribles que pueden hacer. No pertenecemos a este lugar. Sé lo que es ser criado por alguien hambriento de poder y no quiero eso para mi hijo. Tengo algunos negocios en Nueva York, tengo contactos, puedo conseguirte un empleo, podemos vivir juntos.

—Acabas de ayudarme a ver todo con más claridad.

—Es lo mejor para Henry.

—No te quiero cerca de él. No tienes permiso para verlo, ni llamarlo, si te cruzas con él en la calle más te vale alejarte.

—¿En serio vas a venirme con eso? Tengo derechos.

—No. No los tienes. Cuando te conocí éramos jóvenes y teníamos ideas equivocadas de la vida. Robar o estafar a alguien era fácil, divertido. No creo que seas una buena influencia en la vida de Henry. Si quieres ser su padre vas a tener que ganártelo.

Not in a sexual wayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora