Capítulo 38: El plan

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POSITIVO.

Nunca he sido una persona positiva, quizá cuando era una niña ilusa que intentaba convencerse a sí misma que alguien la querría lo suficiente como para adoptarla, pero eso no duró mucho tiempo, y en el fondo yo era muy diferente. No puedo imaginarme a mí misma como una de esas princesas de cuento que están siempre felices. No es normal. A menos que consumas muy buenas drogas, no puedes estar todo el tiempo feliz.

Tener un bebé debe ser motivo suficiente para ser siempre feliz, excepto si sufres depresión postparto, o si tu bebé es un bebé insoportable que llora todo el tiempo. Estoy segura que Henry lloraba todo el tiempo, parece haber sido esa clase de bebé, pero yo no me ocupé de él, fue Regina quien se ocupó de todo.

—No puedo ser la madre de un niño que llora todo el tiempo. Di a Henry en adopción. Hice un acuerdo conmigo misma que eso no era algo para mí. Un bebé es demasiado trabajo. ¿Cómo voy a saber lo que quiere? ¿Qué pañales debo comprar? ¿Y si es alérgico a los pañales? ¿Los bebés son alérgicos a los pañales?

—Basta —dijo David en una especie de regaño silencioso—. Vas a despertar a todos.

Me tranquilicé. Respiré profundo evitando comenzar a hiperventilar. No sé en qué momento me puse de pie y caminé por toda la sala pero afortunadamente David estuvo allí para evitar que rompiera algo o hiciera un hueco en el piso.

—No puedo creer que Regina me hiciera esto —refunfuñé y me lancé en el sillón. Me dolía el ceño de tanto fruncirlo.

—¿Crees que ella te engañó?

—No, ella no es así —obviamente sabía que Regina jamás me engañaría—. Tú no crees que ella me engañó. ¿Por qué no crees que ella me engañó? ¿Crees que lo hizo?

—No vuelvas a entrar en pánico.

—Me acabo de casar con esa mujer. Somos mujeres. No podemos tener un hijo juntas.

—Aunque me cueste admitirlo, supongo que es producto del verdadero amor.

—¿Supones? ¿Eso es todo lo que vas a decirme? ¿Por qué no estás intentando convencerme de dejarla? Ella pudo haberme engañado.

—¿Con quién?

—No lo sé. Ese no es el punto.

—No sé lo que esperas que te diga, estoy tan sorprendido como tú.

—No tienes ni idea.

—Esto no es lo que estaba esperando que sucediera. Quizá sea un error. ¿Qué se yo de exámenes médicos? —Se dejó caer pesadamente a mi lado en el sofá y se frotó el rostro, parecía que iba a arrancarse el cabello—. No puedo creer que esto esté pasando. Nieve me advirtió y no quise creerle. Dijo que algo muy malo ocurriría. ¿Sabes lo que esto significa?

Definitivamente era su turno de volverse loco. Guardé silencio —en parte porque no podía hablar— y lo escuché.

—Un hijo es algo para siempre. Henry no lleva la sangre de Regina, pero este bebé lo hará. Es un lazo que no podemos romper, los matrimonios fracasan y la gente se separa, pero un hijo... Será un eterno recordatorio de ella, casi puedo imaginar una réplica exacta. Va a odiarnos. ¡Oh por Dios! ¡El bebé va a odiarnos!

—¿Crees que va a odiarme a mí también?

—Tú nos odias. Nunca lo creí posible, pero tú realmente nos odias.

—Sí pero yo no voy a intentar matar a su novia.

—No queríamos matarla.

—Mataron a Belle.

Not in a sexual wayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora