Capítulo 16: ¿Amigas con derecho?

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Cuando llegamos a casa las luces estaban apagadas. Vimos a Henry dormido en su habitación y fuimos a la nuestra. Iba a ser una completa tortura compartir la cama ahora.

—¿Emma?

Me acomodé de lado, apoyando mi codo en la almohada, sus ojos estaban fijos en los míos.

—Somos... me refiero a... si no tuvimos una cita... significa que... ¿somos amigas con derecho?

—¿Amigas con derecho?

—Sí... nos besamos y... —su pecho se elevó en un suspiro—. ¿Qué somos?

—Claro. Por supuesto —lo dije pensando y no pensando a la vez—. Amigas con derecho.

—Oh... —un suave pestañeo la hizo esquivar mi mirada—. Está bien.

—Sabes lo que significa ¿cierto?

—Vi la película.

—¿La de Ashton y Mila?

—Sí.

—Ok.

—Pero no lo haremos ahora —dijo, todavía sin mirarme.

—No. Será especial.

Suspiró otra vez, regalándome una sonrisa amable y extraña.

—Buenas noches, Emma.

—Buenas noches, Regina.

La observé hasta que se quedó dormida, y seguí mirándola, pensando en la respuesta perfecta a su pregunta. No quiero acostarme contigo, Regina; no, si eso es lo único que voy a conseguir de ti. Lo quiero todo contigo, las peleas y reconciliaciones, los besos al despertar y acurrucarnos en la noche. No quiero que seamos Ashton y Mila, esa fue una película horrible, pero la veré contigo si me dejas ser tu novia.

No me acerqué para acurrucarme, me quedé en mi lado de la cama, suspirando por ella como siempre, pensando en lo que tenemos y en lo que quizá nunca tendremos.

XXXSQXXX

—Emma... ¡Emma!

—No —dije entre dormida y despierta.

—¡Emma!

—Duérmete...

—No. Despierta.

Regina me sacudió tanto que mis ojos casi la vieron doble.

—¿Qué? ¿Qué pasa? —seguía somnolienta.

—Tengo un problema.

Mi cabeza giró observando la habitación, las cortinas estaban cerradas, pero la habitación no estaba por completo a oscuras debido al resplandor de la luz encendida del baño. Froté mi rostro con las manos, y me senté.

—¿Qué pasa? —pregunté, preocupada.

—Necesito un favor.

—Claro. Dime.

—Tengo mi periodo.

—¿Cuál periodo? —estaba media dormida, me costó un momento entender a qué se refería—. Ah. Ese periodo. ¿Quieres un tampón?

—No. Yo no uso eso.

—¿En serio?

—Tienes que ir a la farmacia.

—Son... son... las cinco de la mañana —dije al leer la hora en el reloj—. Por lo menos debemos esperar dos horas.

—No puedo esperar dos horas. Tienes que ir a la farmacia ahora.

Not in a sexual wayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora