Capítulo 10: Mi novia

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—¡Emma! —Escuchar mi nombre me despertó.

Mis ojos se abrieron y lo primero que vi fue a David.

—¡Mamá!

—Ve abajo Henry. ¡Ve! —David gritó enojado y a Henry no le quedó más que obedecer.

Todo el sueño se me quitó. Regina se movió inquieta, aún enredada por completo en mí, nadie me creería la loca manía de acurrucarse que ella tiene.

—¡Emma! —Gritó David perdiendo la poca paciencia que le quedaba.

Regina despertó confundida, quejándose y sujetando su cabeza, y en mi afán por levantarme rápido caí de la cama. Ella se cubrió de inmediato con la sábana y yo me puse de pie en un brinco.

—No es lo que crees. Te aseguro que hay una muy buena explicación. —Miré a Regina y a David.

La cabeza de Regina giró tan rápido de David hacia mí, creo que estaba a punto de gritar a uno de los dos pero el percatarse de su desnudez la dejó sin habla.

—¡Esta mujer es un monstruo! ¿Tienes idea de todo lo que ha hecho? Si se acostó contigo seguramente fue porque tiene algún tipo de plan para destruirnos.

—Sí, bueno. Si Regina y yo tuvimos sexo solo es problema de Regina y yo. Estoy cansándome de tener que recordarles que soy una mujer adulta. Llegas demasiado tarde a reprenderme por acostarme con alguien potencialmente peligroso.

—¡Emma! ¡No puedes hablar en serio!

—Hablo muy en serio. Puedes irte ahora. Gracias por traer a Henry.

—Esto no se va a quedar así. —Amenazó a Regina antes de irse.

Quizá no había sido una buena idea que David se fuera y me dejara a solas con Regina. Ella iba a gritarme, y mucho.

—Regina.

—¡No quiero hablar ahora señorita Swan! —Se levantó con torpeza de la cama envolviéndose en la sábana para cubrir su desnudez.

—Nos conocemos demasiado bien para que me llames señorita Swan.

Sus mejillas se enrojecieron, las palabras murieron en sus labios y antes que yo pudiera compadecerme y decirle que no había pasado absolutamente nada, mi padre volvió a entrar en la habitación, totalmente fuera de sí.

—Regina Mills. Estás bajo arresto.

—¡Que! —Regina tenía toda la razón de no parecer feliz.

—¿Estás bromeando? —Era la única opción posible. Mi padre había perdido la cabeza.

—Puedes vestirte y acompañarme a la estación por las buenas.

—Tu idiotez no tiene límites ¿no es así?

—Mira David...

—¡No! —Me gritó—. ¿Quieres defender a tu novia? Consíguele un buen abogado.

—Esto ni siquiera es legal, yo soy el sheriff. No puedes arrestarla simplemente porque la encontraste en la cama conmigo.

—Esa no es la razón por la que voy a ponerla baja arresto, pero es la razón por la cual no vas a estar involucrada en el caso. —Sacó las esposas—. No voy a repetirlo, Regina.

—Ni siquiera voy a molestarme perdiendo mi tiempo contigo y tu patética demostración de autoridad.

Rodeé la cama y me interpuse entre ellos. No iba a permitir que las cosas se salieran de control.

—No vas a arrestarla David.

—¿Quieres que esto sea peor, Regina? —Él me ignoró por completo—. Te estoy dando la oportunidad de salir por tus propios pies y acompañarme voluntariamente a la estación.

Not in a sexual wayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora