Not in a sexual way

Capítulo 40: Volviendo a la normalidad

Regina se calmó después de un tiempo, sus mejillas aún estaban mojadas, pero al menos había dejado de llorar.

—Eso es, bebé. Respira despacio. Todo está bien. Todo va a estar bien.

Negó con la cabeza y se alejó de mí.

—Es que después de todo lo que hemos pasado me parece increíble que no confíes en mí.

—Confío en ti. Solo soy una idiota, y me asusté.

—¿Y crees que yo no lo estoy?

—Lo sé. Perdóname. Estamos juntas en esto. Tendremos un bebé, un bebé perfecto, y basta saber que es nuestro para amarlo más que nada.

—Me da miedo que esto no funcione...

—No digas eso.

—Déjame terminar —me interrumpió—. He hecho muchas cosas malas, y sé mejor que nadie que los finales felices no existen. No quiero perderte, no quiero perder nuestra familia.

—No vamos a perder nada —me acerqué a ella, tomé su rostro entre mis manos y pegué mi frente a la suya—. Me ha costado un montón encontrarte...

—No digas eso —dijo con una sonrisa llorosa.

—Entonces te diré que tendremos un bebé hermoso y que lo enviaremos a esa escuela cara que tanto te gusta. —La ayudé a secarse las lágrimas de las mejillas y sonreí al verla mucho más calmada—. ¿Mejor?

—Tú hiciste esto. —Dio un gran suspiro. Cruzó los brazos sobre el pecho, pero no se alejó de mí—. Tú me embarazaste sin mi consentimiento. Tenía un plan y lo rompiste.

—Tienes razón —eso pareció tomarla por sorpresa—. ¿Me perdonas? Lamento haber hablado sin pensar y haberme vuelto loca. Te amo con todo mi corazón.

Se arrimó contra mí y besó mi hombro. Besé su cabeza y esperé que me mirara a los ojos.

—Yo también te amo. No quiero que volvamos a pelear nunca.

—No lo haremos, bebé.

—No me digas así.

—Pero me gusta —besé sus labios—. Me gusta ser cursi contigo.

—¿En serio crees que todo estará bien?

—Sí. Voy a cuidar de ti todo el tiempo. De ti y de nuestro pequeño bebé.

Puse mi mano en su vientre y ella colocó su mano sobre la mía.

—Estoy embarazada.

Besé su frente y respiré aliviada al saber que mi pequeña familia seguía siendo mía. No iba a perderlos, iba a trabajar muy duro por mantenernos siempre juntos y felices.

XXXSQXXX

MARY MARGARET

—Bueno. Eso salió mejor de lo que esperaba —dijo David después de encender la chimenea. Me estresaba un poco el exceso de silencio en la casa—. Creo que hicieron las pases.

—Lo sé. Nadie está gritando ni saliendo de casa.

—¿Quieres que te diga algo que va a animarte?

—¿Me has estado ocultando algo más? —Sonreí y golpeé el lado del sofá junto a mí para que David se sentara.

—Conseguí un empleo —se sentó junto a mí y deseé que no lo hubiese hecho.

—¿Cómo puede ser eso algo positivo?

—Tengo un empleo, podremos comenzar nuestra vida.

—Nuestra vida comenzó cuando nacimos —dije enojada—. Si alguien se entera que tienes un empleo van a echarnos.