EMMA
Tink se fue. Si cualquiera le preguntara a Regina seguro contaría la versión larga en que ellas dos pasaron un día completo juntas hablando de lo que pasó o lo que casi no pasó, y la parte en que Regina estuvo todo ese día intentando convencer a esa hada loca de quedarse en la ciudad y ser súper amigas, por suerte no lo logró, no a todos los seres mágicos les gusta mi mundo tecnológico con baños y comida rápida repleta de químicos que Regina jura que va a causarme algún tipo de mutación genética, debido a que pasa la mitad de su tiempo leyendo cosas sobre bebés que no debería, como bebés y mutación genética.
Terminé de ajustar el ganchito cerca de la ventana para colgar...
—Ten cuidado, no lo vayas a dejar caer —me regañó Regina desde la mecedora donde estaba sentada.
—¿Prefieres que me caiga yo antes que deje caer esta cosa? —No contestó, así que volteé a mirarla acusadoramente y ella solo sonrió.
—Me costó mucho encontrarla.
—¿Más que encontrarme a mí?
—Tú me encontraste ¿recuerdas? ¡Diablos! —Exclamó dejando de sonreír—. Retiro lo dicho, sonamos como tus padres, qué horror.
—Sabes que siempre te encontraré.
—Cállate y has tu trabajo.
—Como ordene su majestad.
Colgué las delicadas campanas de viento, bajé de la escalera y me acerqué a mi hermosa esposa, me arrodillé delante de ella y besé su redonda barriga de ocho meses.
—Habitación, lista. Tenemos el bolso preparado, me estoy tomando mi licencia de embarazo porque no pienso dejar que me suceda algo como en las películas y no llegar al parto.
—Estás paranoica —sonrió burlándose de mí.
—No quiero perdérmelo. Cuando Henry nació fue... estaba esposada a la cama y no quise verlo.
—Hey —tomó mi rostro en sus manos y me incliné hacia ella ya que no podía llegar fácilmente a mí—. Henry te ama, le diste su mejor oportunidad, nos la diste a todos, y ahora estarás con nosotros por siempre.
—Te amo.
—Y yo a ti.
Nos acostamos temprano porque debíamos ir en la mañana a un chequeo médico, veríamos cómo estaba nuestra princesa y cómo se encontraba Regina.
Desde la partida de Tink los días parecían avanzar a toda prisa, llevaba a Henry a la escuela, pasaba la mañana trabajando, organizando las cosas con mi nuevo ayudante y agradeciendo a Sarah por darme una mano con todo; a la hora del almuerzo Regina enloquecía si yo llegaba un segundo tarde o faltaba helado en la nevera. Después de nuestro chequeo de rutina Regina parecía más emocionada que nunca, el solo verla me llenaba de felicidad, parte de nuestra rutina era ayudar a Henry con sus tareas escolares y luego ver una película después de cenar.
Nos convertimos en una familia normal, y eso me encantaba.
Me desperté tarde por ser domingo, hice las cobijas a un lado y sobé su barriga, mi pequeña estiró su pie contra mí y entre las dos despertamos a Regina.
—Hola preciosa. —Besé su barriga y volví a sentir a mi pequeña moviéndose—. Creo que te hemos despertado.
—Ella parece estar ansiosa por nacer.
—Muero por verla. ¿Te sientes bien?
—Todo está muy bien. —Sonrió y acarició mi cabello—. Excepto mi espalda.
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Not in a sexual way
RomanceUn simple coqueteo que no debe significar más que un juego inocente en el que Emma parece siempre perder y en el que Regina estará dispuesta a aprender. Leer bajo su propio riesgo. #Swanqueen