Capítulo 17: ¿Coqueta?

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REGINA

La parte más aburrida de hornear un pastel es esperar. Ordené la cocina, limpié el mesón, organicé los ingredientes que sobraron y los que aún debía utilizar, excepto el frasco de nutella.

Una pequeña cucharadita... y de pronto la mitad del frasco simplemente desapareció.

Me sentí culpable de inmediato. No debería estar comiendo chocolate.

—¿Estás haciendo lo que creo que estás haciendo? —escuché a Emma, justo detrás de mí, lo cual me permitió disimular mi sorpresa por haber sido descubierta.

—No sé a qué te refieres —fingí inocencia.

—¡Estás comiendo chocolate!

—Y estoy horneando un pastel.

—Eres la reina de la alimentación saludable, no puedes comer chocolate directo del frasco.

—Deberías buscar algo qué hacer en lugar de intentar molestarme.

—Eres el colmo, pero te descubrí, no me sorprendería si resulta que adoras comer pizza.

—He comido pizza un montón de veces, y sé prepararlas.

Ella no logró seguir molestándome, y mi pequeño secreto seguiría muy bien guardado.

—Iré a atrapar a los malos. No dejes que Henry se coma todo el pastel.

—Solo si prometes tener cuidado.

—Lo prometo.

Quise darle un beso en la mejilla, pero ella giró el rostro y atrapó mis labios.

—Me encantan tus labios con sabor a chocolate.

Ignoré su comentario, y en cuanto ella se fue, guardé el frasco de nutella donde solo yo pudiera encontrarlo.

—¡Mamá! —Henry me hizo saltar del susto. Obviamente era el hijo de Emma Swan.

—¿Cuántas veces te he dicho que no debes gritar en casa?

—¿Cuánto falta para que el pastel esté listo?

—Media hora para salir del horno, una hora para que puedas comerlo.

Exactamente como llegó, volvió a irse, corriendo por toda la casa. Seguí sus pasos para ver lo que estaba haciendo. No me gustaba que pasara tanto tiempo frente al televisor.

—Apaga eso y ve a leer un libro, o no habrá pastel para ti.

—Está bien —dijo, arrastrando las palabras.

—¿Dónde está Sarah?

—Dijo que iría a explorar, olvidé decírtelo. Volverá en una hora.

Sin duda era una mujer extraña, pero cuando eres de un mundo diferente, explorar es algo que se nos da bien. Un mundo en el que nunca tuve que preocuparme por buscar trabajo.

¿Qué se suponía que iba a hacer?

Tomé el computador y me puse a buscar ofertas de trabajo. No iba a levantarme hasta conseguir por lo menos una opción.

Y afortunadamente conseguí tres.

XXXSQXXX

—Preparé un poco de té —Dijo Sarah, tras tocar la puerta de mi habitación y entrar sin esperar que yo le dijera que podía hacerlo.

—Gracias —después de lo amable que se había portado, no podía decir que no.

—Es una vieja receta, de mi mundo.

Not in a sexual wayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora