Episode III

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En la sala de monitoreo el ambiente era tranquilo y relajado. Un momento de tranquilidad entre tantos sobresaltos.

Desde su rol de capitana, Amber supervisaba con atención el radar de uno de los oficiales, que no detectaba absolutamente ninguna señal de vida en cincuenta kilómetros a la redonda en dirección sur.

La verdad era que le gustaba su trabajo. Aunque nunca había sido su intención obtenerlo, se sentía cómoda con el cargo de capitana. Al menos así podía asegurarse de ser de utilidad para la Alianza Rebelde, además de que servía para mantener su mente ocupada.

-Princesa, tenemos visita. -el tenso llamado del general Rieekan resonó entre las improvisadas paredes.

Y aunque no se habían dirigido a ella, Amber se apresuró a llegar junto a Leia para ponerse al tanto de la situación. El capitán Solo y Chewbacca también estaban allí.

-¿Qué sucede? -preguntó la rubia impaciente. No era normal encontrar formas de vida en el helado Hoth y las que se encontraban eran, en su mayoría, hostiles, como los wampa.

-Captamos algo en la zona doce, moviéndose hacia el este. -explicó el general. -Es metálico.

-No es una de esas criaturas. -afirmó Leia.

-Será un speeder nuestro. -supuso Han.

-No, no lo es... -dijo Amber, su mirada de ceño fruncido centrada en la titilante lucecilla que se mostraba en la pantalla radar.

-Aguarden, se escucha algo muy débil. -advirtió el oficial encargado del radar este.

Todos guardaron un profundo silencio, intentando agudizar el oído. Cierto. Una débil voz en un extraño idioma se alcanzaba a oír a través de la abundante interferencia de la radio.

-Señor, tengo fluidez en seis millones de formas de comunicación. -intervino C3PO haciendo a Amber dar un pequeño salto en su lugar. ¿En qué momento llegó aquí? Volteó para escucharlo. -Esta no es una señal usada por la Alianza. Podría ser un código imperial.

Amber se tensó por completo. Cuando el Imperio daba señales de estar cerca, todo el campamento debía ser levantado, se abandonada la base y debían volver a buscar algún lugar remoto que fuera momentáneamente seguro para volver a instalarse.

Oh no. Otra vez no.

Compartió con Han una mirada nerviosa.

-No es amistoso sea lo que sea. Vamos Chewie, investiguemos.

-¿Qué?

El piloto se fue de allí rápidamente, ignorando a su novia, directo a alistarse para salir, seguido de un decidido Chewbacca. Amber se apresuró detrás de ellos sin siquiera molestarse en oír las órdenes del general.

-Han no. No sabemos qué hay allí fuera, es peligroso. -él no detenía sus rápidos andares. -El Imperio sabe quién eres, si te ven... Oye, ¿Puedes parar un momento? Sabes que tengo piernas cortas.

Solo se detuvo y volteó a verla con una pequeña sonrisa divertida. Su diferencia de alturas siempre era motivo de gracia para él.

-No te preocupes, dulzura. Tendremos cuidado, y volveremos antes de que notes nuestra ausencia. -la confianza resonando en su voz.

Yo siempre noto cuando tu no estás.

-Voy con ustedes.

Han adoptó una expresión seria.

-Claro que no. Para ti si que es peligroso. El Imperio tiene todos sus ojos centrados en ti, buscándote, y acabas de recuperarte de una fuerte hipotermia. Es mejor que te quedes aquí y vigiles el radar.

Counting Stars | Han Solo; Star WarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora