Episode X

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Una vez más para los soldados rebeldes, una noche en que la tragedia parecía cernirse sobre sus cabezas acabó en una inesperada victoria con nuevos aliados.

En una de las más grandes casas colgantes de la tribu, a la luz de una infinidad de antorchas, el pequeño grupo, y lo que Amber Kenobi se hubiera atrevido a decir era la tribu al completo, se acurrucó alrededor de una cálida fogata no tan amenazante como la que había intentado asar a Han Solo, para oír las épicas historias que C3PO se ofreció a balbucear y representar, incluso con sonidos reales, para las curiosas criaturillas, que parecían vivir aisladas del tormento político y social al que el resto de la galaxia estaba sometido.

La suave luz anaranjada que se proyectaba en las paredes, los suspiros de asombro de los oyentes y el delicado crepitar de las llamas convertían el escenario en el más hogareño, tranquilo y pacífico en el que Amber hubiera estado en un buen tiempo. Oyendo de fondo el expresivo monólogo del droide de protocolo, del cual solo comprendía nombres como "Princesa Leia", "Darth Vader", "Estrella de la Muerte", "Amber Kenobi", "Han Solo" y "Luke Skywalker", suspiró profundamente y se dejó caer plácidamente contra el pecho de Han, que la rodeaba entre la calidez de sus brazos y descansaba la barbilla sobre su cabeza, escuchando con atención y una sonrisa relajada. Una de las criaturas peludas se recostó con ternura, perdido en la historia, sobre una de las piernas del piloto que, aunque rodó los ojos con aparente hastío, descansó una de sus manos sobre su cabeza.

Momentos de paz como aquellos, en los que la muerte no estaba cerca de Luke, Leia o Chewbacca que observaban de pie un poco más allá; y Han Solo era lo único que rodeaba a Amber eran escasos pero eran aquellos que le recordaban por qué luchaba. Por la paz. Simplemente.

Giró su cabeza hacia un lado, acariciando el cuello de Han con la suavidad de sus cabellos y dejó un tierno y largo beso sobre su mejilla. Él cerró los ojos para disfrutarlo el tiempo que duró, la apretó contra sí mismo y bajó la mirada para encontrar sus preciosos ojos verdes.

Se miraron en silencio, con ojos brillantes. No había nada que decir. Ellos mismos en su máximo esplendor eran la paz del otro, el amor, la seguridad, la amistad, el compañerismo. Eran el encuentro de almas que pocas veces se daba a lo largo y ancho de la galaxia.

Y sin embargo, había algo más allí. Sabiendo leer de tal manera aquellos ojos, a Amber le tomó tan solo un instante notar un resquicio de duda cuando Han acarició su mejilla y su cuello con suavidad. Un destello fugaz e imperceptible de temor, de inseguridad, algo que opacó fugazmente el brillo de sus ojos. Y Amber se asustó. Su corazón en verdad estremeció, porque aún después de las infinitas adversidades, aún después del riesgo que habían corrido, incluso del tiempo que habían pasado separados, los ojos de Han Solo jamás se habían nublado de duda cuando se miraban. El amor que expresaban jamás se había opacado como en este preciso instante lo habían hecho y Amber casi pudo oír como su mundo se desmoronó a su alrededor.

Recordó el discurso interrumpido de Han unas cuantas horas antes. Aquel en el que pareció insinuar sentirse inseguro respecto a el vínculo de Amber y Luke. Recordó que insinuó que él jamás se sentiría digno de igualar una confianza así. Recordó su mirada apesadumbrada.

Mierda. Maldición, no por favor, todo menos eso.

¿Sospechaba él que ella veía a Luke como algo más que a un hermano del alma? ¿O es que ya no la amaba?

Posó su mano pequeña sobre la suya aún en su cuello, frunció el ceño y se enderezó.

-Han, cariño, ¿Qué es lo que...

Pero justo entonces, la historia de C3PO acabó con un gran final que sólo la tribu comprendió; y cada una de las criaturas peludas estalló en un alterado murmullo revuelto. Algunos susurraban sus balbuceos, otros parecían afirmar convencidos a viva voz. Hablaban unos con otros, discutiendo, mirando en todas direcciones a sus compañeros.

Counting Stars | Han Solo; Star WarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora