Episode XII

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La discreta base imperial no era muy diferente en su interior a cualquier otra en la que Amber hubiera estado. Con paredes metálicas de aspecto frío, de seguro blindadas, y cientos de sistemas de seguridad en forma de botones coloridos, cables y pantallas.

El exterior estaba extrañamente sereno y nadie patrullaba alrededor

Amber empuñó la bláster firmemente y palpó la fría arma dorada que descansaba en su cintura, buscando la sensación de seguridad habitual. Compartió una larga mirada inquieta con Han Solo ante el inusual silencio. Él sostenía la bláster cargada y le dió un asentimiento discreto y una mirada alusiva con aquellos preciosos ojos multicolores, de esas que le indicaban que él estaría tan solo un paso por detrás para protegerla.

Entonces llegaron a la puerta herméticamente sellada que protegía la sala central de control de la base. El General Solo emitió una serie de señas silenciosas con sus manos, indicando tanto a su escuadrón cómo al de Amber que tomaran su posición estratégica, formando un pelotón infranqueable que obstruyera cualquier posible escape del enemigo. Lanzó otra fugaz mirada a Amber, indicando que estaban listos, y la General Kenobi asintió.

Apuntó al scáner de seguridad que protegía la puerta y disparó, volándolo por los aires en una pequeña explosión de chispas que se fundió con el chillido del disparó láser. La puerta se deslizó para ellos al instante y los ex contrabandistas entraron frente a su pelotón dispuestos a llevarse cualquier obstáculo por delante.

La docena de soldados y guardias que monitoreaban en la sala de comandos no tuvo tiempo de emitir una advertencia a sus camaradas antes de que Amber canturreara las amenazas que los convertirían en rehenes de los Rebeldes.

-¡Muy bien, caballeros, no quiero ponerme violenta! -declaró altanera y apuntó a un lejano espacio vacío con el arma. -Por favor sean buenos y formen una fila en ese rincón donde no nos estorben.

El escuadrón rebelde se esparció por la base con eficiencia, inmovilizando a los soldados del Imperio, cumpliendo las órdenes de sus Generales. Chewbacca se encargó de mantener a raya a los soldados Imperiales más obstinados con gruñidos animales y fuerza bruta.

-Rápido, rápido. -avivó Han sin bajar su bláster.

Leia y Amber se acercaron al centro de comandos, tan confuso y colorido. Han las alcanzó instantes después.

A esto era a lo que habían venido. A oprimir un solo botón que salvaría cientos de valiosas vidas. Casi sonaba como una mala broma.

-Han, Amber, pronto. -ordenó la princesa. -La Flota llegará en cualquier momento.

-Las cargas. -ordenó Amber a uno de sus soldados.

Él lanzó el pesado paquete a brazos del General Solo, que lo esperaba con los brazos abiertos para ponerse manos a la obra.

-¡Alto! -aulló una voz a poca distancia.

Un General del Imperio armado.

Han reaccionó y lanzó el paquete pesado de carga contra el hombre. Lo derrumbó al suelo, rompiéndole unas cuantas costillas. Pero detras de él, cientos de Stormtroopers irrumpieron en la base armados hasta los dientes. Explotó el caos. Repentinamente, estalló una batalla campal en el bunker que derribó a los Rebeldes desprevenidos entre gritos y muerte, y los dominó a todos con facilidad, golpeando y disparando. Amber gruñó de frustración, entendiendo que habían caído en una emboscada, y abrió fuego contra los soldados blancos. Derribó a tres con tiros certeros antes de que Leia le rodeara la muñeca y la obligara a bajar el arma.

Buscó en su mirada una explicación y la encontró mortalmente sería. Le señaló con la cabeza al Trooper que le apuntaba esperando por un solo disparo más para dibujarle un agujero en el pecho. Amber no lo había visto entre el revuelo. Tal violencia repentina los descolocó a todos ellos.

Counting Stars | Han Solo; Star WarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora