Episode XIII

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Amber Kenobi se aplastó contra la pared metálica hasta que se volvió invisible para las cámaras del bunker Imperial.

Luego de la emboscada, la base volvió a llenarse de soldados del Imperio que monitoreaban la batalla, para mantenerse al tanto de las bajas y los refuerzos requeridos. Y el trabajo tenía que volver a empezar para los Rebeldes.

Y con un General menos, dado que Leia había sido escoltada lejos del campo de batalla, donde pudiera recuperarse de sus heridas.

Chewbacca, detrás de la joven, llevaba el verdadero aspecto de un wookiee salvaje; de esos de los que las personas hablaban con muecas temerosas. Un wookiee capaz de desmembrar cuerpos con la fuerza de sus brazos y de devorar corazones, con el pelaje manchado de sangre y hollín de las explosiones. Ese era el buen Chewbacca también.

Han en la pared contraria, frente a ella, se deshacía rápidamente del disfraz que usó instantes antes para ocultar su rostro y distorsionar su voz. Acababa de enviar a los soldados del bunker un mensaje engañoso para hacerles salir. Algo acerca de Rebeldes derrotados y victorias aseguradas.

Mentiras, pues al parecer, nadie era capaz de derrotar a los Rebeldes.

La joven pareja sostuvo las armas contra sí y contuvieron la respiración, esperando.

Pero no estaban solos, desde luego. El bosque estaba plagado de Rebeldes armados ocultos entre la maleza. La estructura del bunker, rodeada de las pequeñas criaturas del bosque. Todos quietos, imperceptibles, embriagados por la victoria luego de la emboscada fallida del Imperio.

Solo tenían que oprimir un solo botón para que las vidas de la flota aérea, que debía estar luchando desesperadamente en el espacio exterior en aquel momento, se salvaran también. Y la Alianza habría triunfado de una vez por todas.

La doble puerta metálica se deslizó suavemente y la entrada se quedó totalmente descubierta. Un grupo grande de soldados Imperiales, ataviados con sus uniformes, blancos o negros según su rango, salieron con pasos seguros y sonrisas triunfadoras en sus rostros. El ejército de la Alianza no permitió que se alejaran demasiado del bunker antes de emerger de sus escondites, apuntando con armas y lanzas. Tomados por sorpresa por la cantidad de guerreros, el enemigo no pudo hacer más que detenerse y soltar sus propias armas en confusión. Vencidos en una emboscada similar a la propia.

Los Stormtroopers se voltearon hacia la base que protegían, justo a tiempo para ver a la General Kenobi entrando sigilosa en la base, apenas conteniendo una carcajada burlona; y al General Han Solo apuntándoles con su arma y dedicándoles un socarrón encogimiento de hombros con una mueca engreída que les hizo rabiar.

Pues su plan había funcionado, de hecho, mejor de lo que había esperado.

Para cuando entró a la base imperial, dejando al pelotón enemigo a cargo de sus tropas, Amber ya se movía por todo el lugar, con gracia y velocidad, trabajando coordinadamente con un grupo selecto de Rebeldes que arrojaban cargas explosivas a sus manos pequeñas y colaboraban para fijarlas en cada rincón. La vió atrapar una al vuelo, y estirarse cuán larga era en un intento de empezar a cargar el techo.

Se estiró, lo intentó y falló. Se volvió a estirar, y falló. Y cuando dió un pequeño saltito en el lugar y falló una vez más, el piloto ya no pudo contener la carcajada de ternura. La rodeó por la cintura y dejó un beso en su pelo mientras le quitaba el explosivo titilante de las manos.

-Yo me encargo de estos, tú ve por los demás.

Amber bufó frustrada y se alejó con un asentimiento, mascullando groserías.

Solo dió unos cuantos pasos antes de doblarse sobre si misma con un gemido de dolor. Las piernas le fallaron y cayó de rodillas, la visión se tornó borrosa, oscura en los bordes y se rodeó el estómago en un acto reflejo, para intentar contener su corazón acelerado, desgarrado, dentro de su pecho.

Counting Stars | Han Solo; Star WarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora