La mirada de Amber estaba clavada en algún punto del suelo. Había pegado las rodillas a su pecho y las había rodeado con sus brazos.
Sabía que la princesa Leia había cubierto su cuerpo con una manta, y sabía que se había apartado de su lado hacía sólo un momento. Extrañamente había posado las manos sobre sus hombros y había intentado darle consuelo, mostrando pena por su pérdida y permaneciendo en respetuoso silencio. Hasta que había visto a Luke igual de afectado que ella y se había retirado a ofrecerle sus atenciones. También sabía que Han y Chewbacca habían logrado sacarlos sanos y salvos de la base imperial, y qué ahora volaban a través del espacio, seguramente rumbo a la base rebelde. Donde fuera que eso estuviera.
Su llanto había cesado pero su mente estaba hecha un caos. Obi-Wan Kenobi, la única persona que podría darle respuestas acerca de su familia biológica, de sus padres, de por qué la nave en la que había sido encontrada estaba estrellada; el único que sabría responderle con certeza qué había sido esa fuerza que sintió despertar en su interior al llegar a la base imperial, o si aquellos recuerdos ajenos que habían embargado su mente eran reales o sólo eran producto de su imaginación.
¿Quién era Anakin? ¿Por qué la buscaba? ¿Por qué quería matarla? ¿Fue por eso que sus padres se deshicieron de ella? Su madre y Obi-Wan eran hermanos y habían estado solos para cuidarla. ¿Su padre estaba muerto? Una pregunta daba lugar a otra y cada posibilidad de obtener respuestas había muerto frente a sus ojos, se había desintegrado en el deseo de venganza de la oscuridad. Obi-Wan se había llevado todo.
Pero justo entonces, habría jurado que había oído la voz del anciano dentro de su cabeza. Claro que no había forma de saber si había sido real o solo producto de su mente intentando lidiar con el duelo. Pero, aunque en un principio se había sobresaltado y había mirado alrededor, comprobando que fue la única que lo oyó, sus palabras habían resultado extrañamente tranquilizadoras. Se había sentido perdida al volver a la nave sin él, había sentido su ausencia. Todas sus esperanzas estaban puestas en la conversación que planeaba tener con él. La conversación que le daría fin a la incesante búsqueda que había mantenido por años. Así que, inevitablemente, se había aliviado cuando su voz le dijo que habría alguien que sabría responder y que sólo debía esperar a que sus caminos se cruzaran.
Un suave golpecito en la pierna la obligó a desviar la mirada del suelo. R2D2 estaba allí, trayéndola de vuelta a la realidad, emitiendo aquellos tiernos sonidos mecánicos. Le sacó una sonrisita a Amber.
-Tu si que has sido valiente, ¿Eh? Nos has salvado a todos, lo has hecho muy bien. -felicitó.
R2 respondió con un sonido agudo, aparentemente feliz por los halagos.
Entonces Han irrumpió en el lugar, llegando desde la cabina de los pilotos. Le dió una rápida mirada a Amber, que fue correspondida con la misma sonrisita, tranquilizando un poco al piloto.
«Estoy bien mi amor, no te preocupes por mi.»
-Vamos dulzura. Aún no salimos de esto. -le habló.
Los perseguían.
Todos los presentes, o al menos los humanos, se levantaron rápidamente, sin más opción que recomponerse y ponerse manos a la obra para poder escapar del Imperio con vida. Luke, Amber y Han corrieron hacia las armas fijas con las que la nave estaba equipada, mientras que Leia tomó un lugar junto a Chewbacca, que ahora se encargaba de pilotar.
Amber se ubicó en el asiento, retiró su largo cabello hacia atrás para que no la molestara y se colocó los cascos para comunicarse con sus compañeros. Rodeó con sus manos los mangos del cañón láser. Esto le haría bien. Haría volar por los aires a un par de soldados imperiales y además distraería su mente.
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Counting Stars | Han Solo; Star Wars
FanfictionHay muchas historias que cuentan las aventuras de Han Solo y Amber Kenobi. Ambos son leyendas, para qué engañarnos. Pero hay una en particular, que es especial. Mi favorita. La del comienzo de todo. La leyenda cuenta que una vez, hace tiempo, una...