Episode VIII

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La nueva Estrella de la Muerte en construcción flotaba en aparente calma en la tranquilidad del espacio. Imponente y mortal, su estructura grisácea trajo a Amber Kenobi y sus amigos dolorosos y aterradores recuerdos al verla a la distancia que preferirían no haber guardado jamás.

En el pesado silencio tenso y alerta de la nave, el rugido ansioso de Chewbacca fue lo único que atrajo la atención de los amigos de vuelta a la actualidad. Sobrevolando la estratosfera de Endor, la nave del Imperio cargada con Rebeldes debía solicitar el permiso para descender sin levantar sospechas.

Amber suspiró para concentrarse y mantenerse lista en caso de tener que huir. Activó el radiotransmisor.

-Si no nos creen tendremos que salir de aquí bastante rápido, dulzura. -advirtió Han Solo con mortal seriedad y concentración.

-Lo sé.

-Lo tenemos en pantalla. Identifíquese. -ordenó una desconocida voz de varítono que sonó distorsionada a través del radio.

-Transbordador Tydirium solicita desactivación del escudo deflector. -explicó Han con voz calma y profesional, digno de quien había fingido ser un un soldado Imperial más veces de las que podría alguna vez contar.

Amber y los demás guardaron un expectante silencio, esperando que nadie reconociera la voz del piloto que los mismos soldados con los que hablaban se habían encargado de congelar y vender.

-Transbordador Tydirium, transmita el código de autorización de paso.

-Transmisión comenzando.

La comunicación se detuvo.

-Ahora sabremos si ese código vale el precio pagado. -murmuró Leia con la tensión reflejada en su voz.

Han le dirigió una rápida mirada de soslayo, aparentemente tranquila.

-Resultará. -afirmó sin dejar lugar a dudas. -Resultará.

Entonces, repentinamente, tan inesperado que la dejó sin aliento, la oscuridad golpeó dentro de Amber Kenobi. Presionando desde dentro, embargándola de aquel familiar odio, aquella sed insaciable de venganza y aquel profundo dolor, tan fuertes que podría ser propio pero que, ella sabía, no lo era.

Se giró para observar al rubio sentado detrás de Han, sabiendo que él percibiría aquella presencia con aún más claridad que ella. Así era. Sus miradas se encontraron. Ojos nublados de preocupación y arrepentimiento. Porque si ellos podían sentirlo, él podía sentirlos a ellos y eso podría arruinar cualquier posibilidad que sus amigos tuvieran de pasar desapercibidos, arriesgando las vidas de cada uno de ellos.

-Darth Vader está en esa nave. -alertó Luke al resto. La misma preocupación de sus ojos resonando en su tono de voz.

-Puedo sentirlo también. -secundó Amber, dirigiendo una angustiada mirada al castaño a su lado, preocupándose casi al instante por su seguridad.

Él correspondió a la verdosa mirada de la rubia, sabiendo el mortal peligro que aquello significaba para ella. Pero fingió tranquilidad y negó con la cabeza.

-No se pongan nerviosos. Hay muchas naves comando. -sin embargo ordenó: -Mantén la distancia, dulzura. —vaciló. —Pero no luzcas como que tratas de mantener la distancia.

-¿Y cómo se supone que haga eso, Solo?

-No lo sé. Vuela en forma casual.

Amber rodó los ojos e intentó, de alguna manera, volar de manera casual.

-Nave Tydirium, ¿Cuál es su carga y destino? -inquirió la voz nuevamente a través de la radio.

-Repuestos y personal técnico para la Luna Forestal. -respondió Han Solo sin dudar ni un instante.

Counting Stars | Han Solo; Star WarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora