Episode VIII

160 21 14
                                    

-Es un placer tenerte al fin frente a mi, Amber Kenobi.

El cinismo resonó evidente en la voz de Darth Vader y sus palabras escaparon con una extraña mezcla de fascinación y repulsión, de odio puro, al pronunciar el su nombre.

Amber se estremeció cuando los indescifrables pozos negros que simulaban los ojos en aquella máscara oscura se centraron en ella. Pero no bajó la mirada. Su postura se volvió recta, firme en su silla, y sus ojos adoptaron un brillo obstinado.

Puede que todo estuviera perdido pero no se dejaría amedrentar por este villano. Pase lo que pase tenía que aparentar. Tal y como papá le había enseñado. Tenía que fingir que ninguno de los posibles finales de esta trágica reunión le preocupaba. Tenía que fingir que las vidas de las personas que ocupaban esta mesa no le importaban en lo más mínimo.

Amber había sido obligada a tomar asiento a la derecha de Vader, justo a su lado. Han frente a ella. Había sido arrojado por un Trooper a esa exacta posición, cerca para que ella pudiera apreciar cada gesto y él pudiera escuchar cada palabra que abandonara sus labios. Al alcance de Vader en cuanto él lo quisiera.

Leia yacía a un lado de Han, ambos castaños manteniendo la misma mirada obstinada, sin miedo. Los bellos luceros marrones de la princesa observaban atentos cada movimiento del Señor del Mal. Como si estuviera preparada para atacar con sus propios puños de ser necesario.

Chewbacca ocupaba un lugar a la izquierda de Amber y su inmenso y peludo cuerpo cálido la hacía sentir al menos un poco más segura.

Lando Calrissian había decidido observar desde la distancia, donde el mal no pudiera alcanzarlo. Junto al cazarrecompensas de armadura desgastada.

Del lado de los traidores.

-¡Vaya! ¡Mira esa mirada! No quisiera estar en el extremo receptor de tal rencor. -exclamó Vader con irónica admiración.

Amber volvió su atención a él al instante. Ni siquiera sé había percatado de la forma en que estaba mirando a Lando.

-¿Observas de esa manera al fiel amigo del capitán Solo? ¿O es que ya conoces a la razón de que tu y tus amigos estén aquí?

Amber frunció el ceño confusa, pero no dijo ni una palabra para obtener una respuesta. No le daría ese gusto.

Él se lo dijo de todos modos.

-Amber te presento a Boba Fett. Trabaja para Jabba el Hutt por ahora, y un poco para mi. No estaríamos aquí sin su ayuda, deberías agradecerle.

La furia estalló dentro de Amber con esa sola presentación. Él era el culpable de que ellos estén allí. Él había atraído al Imperio hasta el cobarde de Lando para negociar por sus vidas.

¿Cuánto tiempo los había estado siguiendo? ¿Cómo no se había percatado de ello?

Quiso herirlo. Quiso matarlo.

-¿Quieres saltar sobre él para asesinarlo? Siento la fuerza de tu odio, Amber. No deberías retenerlo, o podrías lastimar a las personas equivocadas.

No. Quería golpear a Boba Fett hasta oír crujir sus huesos...

-Amber...

Amber desvió su atención ante el llamado de esa voz ronca que tanto le gustaba, tan rápido que su cuello crujió suavemente. Han la observaba con atención, sus encantadores ojos de mil y un colores fundiéndose en los suyos.

Su corazón se agitó por un instante.

«Cabeza fría, dulzura. Mantén la calma.»

Counting Stars | Han Solo; Star WarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora