Episode IX

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Cuando al fin aterrizaron las naves en el hangar de la base, una ola de rebeldes, entre los cuales se hayaba la princesa Leia, se abalanzó sobre los tres pilotos.

Los recibieron entre abrazos, gritos y aplausos. Eran los héroes del campo de batalla.

Amber abrió la asfixiante escotilla, el aire renovado y fresco llenando sus pulmones. Se quitó el casco y lo arrojó en algún sitio sin importancia. Sacudió su cabeza para desordenar su cabello y despejar su mente. Bajó ágilmente por la escalerilla y apenas puso un pie en el suelo, se vió rodeada de personas felices y sonrientes.

—¡Felicidades, Amber!

—¡Eso estuvo increíble!

—¡No dudaste ni un segundo en tomar el liderazgo!

—¡Eres asombrosa, Amber!

La aplaudían, la felicitaban, la adulaban, le gritaban palabras de aliento.

Wow.

Luke Skywalker se abrió paso entre la multitud y se apresuró a rodear la cintura de la chica entre sus brazos, levantandola del suelo y haciéndola girar en el aire. Sus felices carcajadas contagiaron a Amber, que no dudó en rodear su cuello con fuerza y reír igual de feliz.

—¡Luke estuviste increíble ahí fuera!

—¡No habría podido hacerlo sin ti cubriendome las espaldas! —respondió el joven.

Cuando Leia apareció junto a ellos con una radiante sonrisa victoriosa, Amber tampoco dudó ni un segundo en bajar al suelo y estirar un brazo para que se uniera al abrazo. Ella también había tenido un papel importante en esta victoria y la rubia no podía negar que la princesa merecía reconocimiento.

Leia no dijo ni una palabra, pero sus fuertes carcajadas felices lo decían todo. Corrió a abrazar a ambos rubios con fuerza.

—¡Hey! ¡Oigan!

Amber se tensó y su expresión se transformó a una de completa seriedad. Reconocería esa voz entre millones, en cualquier lugar que fuera. Y estaba muy molesta con su propietario.

Han Solo se acercaba corriendo a ellos entre vítores y estrechando manos, pero se detuvo a una distancia prudencial al ver el gesto mortal en el rostro de su amada Amber. Luke y Leia también la notaron, y prefirieron darles su espacio y alejarse un poco. Por seguridad.

—¡Tu! —exclamó la rubia, haciéndose oír por sobre todas las voces. Eliminó la distancia que los separaba con pasos rápidos y firmes, y golpeó, con poca fuerza a decir verdad, el pecho del piloto. —Dijiste que te irías lejos de aquí. —golpe. —Prometiste que estarías esperándome en Tatooine cuando todo terminara. —golpe. —¡Eres un mentiroso! —dos golpes. —Dijiste que te mantendrías a salvo. ¡Me mentiste! ¡Tu–

El joven Solo interrumpió el tan característico interminable discurso de insultos y reproches que ella siempre tenía preparado para él de la mejor  forma que conocía. La única forma que sabía sería capaz de apaciguar a la fiera. Tomó las muñecas de la chica con fuerza pero sin hacerle daño para detener los golpes y estampó sus labios contra los suyos.

Amber abrió los ojos con sorpresa. No se esperaba esto en absoluto. Aunque debió haberlo sospechado. Él nunca se molestaba en discutir con ella, siempre encontraba la forma de distraerla. Ese maldito...

Joder que bien besa.

Su cuerpo se volvió débil entre sus brazos, frágil y flexible. Moldeable a su antojo. Se relajó y cerró los ojos, disfrutando de ese beso que tanto había deseado.

Counting Stars | Han Solo; Star WarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora