Capítulo XLI

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Dos meses y Logan seguía sin saber nada del paradero de su hermano no contaban ni con una pequeña pista que pudiera ayudarlos en la búsqueda.

Se encontraba desesperado. Por un lado quería encontrar con bien a su hermano y a su cuñada, pero también deseaba regresar a casa con su esposa y su futuro bebé.

Antes de partir en la misión de rescate, Sofía le había dado la noticia de que sería papá. Nunca se imaginó que en un momento de tanta tristeza podía sentirse tan feliz, las emociones lo inundaron y solo en la habitación con su mujer comenzó a llorar. Las lágrimas le sabían a felicidad y a angustia, no tenía idea de cuál de las dos emociones era más fuerte, pero se aferró a las dos.

Estaba a punto de anclar en una de las islas del recorrido cuando la voz de uno de los hombres a bordo se dejó escuchar.

—¡Un bote!

Todos buscaron el punto que el hombre señalaba, , efectivamente, un bote se encontraba a la orilla de la isla, anclaron y antes de que el barco se detuviera, Logan ya se encontraba con los pies en el agua.

Llegaron al bote y la escena los desarmo, dos cadáveres había dentro. El estado de descomposición les hizo suponer que llevaban varias semanas muertos.

—Recorramos la isla, podría haber sobrevivientes.

—O más cadáveres. —Dijo por lo bajo un hombre.

Logan no dijo nada, la poca felicidad que había sentido se extinguió por completo.

—¡Aquí hay tres cuerpos más!

Logan corrió hacia donde estaban los cuerpos, varios hombres ya estaban rodeando el lugar cuando él llegó. Pidió permiso para pasar, estaba a diez pasos de los cuerpos cuando lo vio.

El cuerpo de su hermano estaba ahí, o al menos lo que quedaba de él, lo reconoció gracias a su traje.

—Ese de ahí es mi hermano.

— ¿Cómo lo sabe? Tenemos que llevarlo a reconocimiento para saber su identidad.

—Estoy seguro. Ese traje se lo compré yo.

Nadie dijo nada, los obreros que llevaban con ellos se pusieron a trabajar enseguida, envolviendo los cuerpos y subiéndolos al barco.

—Sigan buscando, aún falta encontrar a mi cuñada.

Después de varias horas de búsqueda, encontraron algunos cuerpo más, ninguna mujer había entre los cadáveres y según el capitán, eran por lo menos veinte pasajeros más los que hacían falta por encontrar.

—Revisaremos esta isla completamente antes de partir. Los cuerpos que encontramos se irán en uno de los barcos para ser identificados y todos los demás nos quedaremos para seguir con la búsqueda.

Logan ya no estaba al frente de la organización, ahora era el capitán el encargado de poner orden. Logan se encontraba dentro del barco que iba a partir, por más que le gustaría encontrar a Charlotte, el dolor que sentía por su hermano era más grande.

—Traslada todas las pertenencias del señor Erwine al barco que partirá.

Se hizo con premura todo lo preciso para que el barco pudiera partir sin demoras. Logan no sabía cómo enfrentar la noticia, ignoraba como lidiar con la responsabilidad de notificar la muerte de su hermano a todo mundo y sobre todo no quería ser él el responsable de generar ese dolor a su esposa y menos en su estado.

Se dispuso a escribir la carta en donde plasmaría el anuncio de la muerte para poder mandarla en cuanto tocaran tierra. Un mareo le impidió seguir con la tarea.

Navegar era una de las cosas que más odiaba en su vida, siempre lo había soportado lo mejor posible por su hermano que solía acompañarlo en la mayoría de sus viajes, pero ahora le era imposible soportarlo.

Lo invadieron las ganas de vomitar y salió corriendo, se recargó sobre el barandal y el vómito salió, el esfuerzo de esa acción dio paso a las lágrimas más amargas que alguna vez hubiera derramado. Este llanto le dolía más que el que le había ocasionado la noticia de su desaparición, le dolía más que la muerte de sus padres, Frederick era más que un hermano para él, era toda su familia, era su mejor amiga y el mejor padre que hubiera podido tener.

Se sentó en el piso con la espalda recargada y cubrió su cara con sus manos dejando salir todo su dolor.



La búsqueda en la isla fue extensa y a profundidad, no encontraron más cuerpo ni indicios que hubieran estado más personas en ese lugar.

—Estos hombres debieron salir a buscar ayuda, es muy probable que los demás pasajeros estén todavía por ahí, o por lo menos sus cadáveres.

—¿Hacia dónde quiere que vayamos capitán?

—Iremos al norte, primero pasaremos por alguna ciudad cercana para cargar víveres y continuaremos con la búsqueda.

Amor desconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora