Capítulo XIX

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Los rumores se intensificaban día con día, y Charlotte sufría por eso, aunque la noticia de su compromiso roto aún no se hacía pública, sabía que solo era cuestión de tiempo para que todos lo supieran.

Después de pensarlo mucho tomó la decisión de mandarle una carta a Frederick:


Querido Señor Erwine.

Lamento si el tener noticias mías le causa algún pesar, pero creo que usted merece una explicación de lo sucedido, sé que he tardado demasiado en hacerlo participe de mis pecados, pero espero y comprenda después de leer esta carta los motivos que me orillaron a callar.

He pensado demasiado como contarle esto sin perder lo poco que me queda de dignidad, pero al no encontrarla, espero y no me juzgue tan duro mientras se encuentre leyendo.

Creo que, para poder explicarme mejor, tengo que comenzar desde el inicio, y eso implica mi huida de Dumfriesshire. Cuando era una niña mis padres me tenían dominada por completo, al grado que cuando concretaron nuestro matrimonio yo no tuve el privilegio de opinar, conforme fui tomando conciencia de lo que significaba un enlace de esa magnitud, el miedo se apoderó de mí.

Mi madre se encargó de meter dentro de mí, ideas erróneas del matrimonio, claro que no es mi intención hacer que la culpa recaiga en mi madre, que Dios la tenga en su gloria, creo que ella hablaba de su experiencia propia.

Creo que las ideas que compartió conmigo, no tiene relevancia alguna, así que las omitiré. Una mañana mientras yo tomaba el sol en el jardín, mi padre llegó histérico, perdone la palabra, pero no hay otra con la que pueda explicarlo, mandó llamar a mi madre y para esa noche, nosotros ya nos encontrábamos camino a Lanarkshire.

Yo no me enteré de la razón de la huida hasta muchos años más tarde. Me hicieron participe de sus problemas que eran muy graves, cuando vivíamos en esta misma casa en la que escribo esta carta, mi padre viajaba demasiado, en uno de esos viajes conoció a un hombre de nombre Edward, ese hombre aprovechándose de la precaria situación económica de mi padre le ofreció un préstamo de cinco mil libras.

Cuando ya estábamos desahogados económicamente, gracias al interés de las cinco mil libras, más las ganancias del negocio que puso mi padre gracias a ese dinero, mi padre como buen caballero fue a saldar su deuda con este señor. Al parecer el señor Edward nunca tuvo la intención de aceptar el dinero, le pidió a mi padre mi mano a cambio de saldar la deuda.

Claramente no lo hizo, yo ya estaba casada con usted, por lo que el señor Edward comenzó a amenazar a mi padre. Esta es la razón por la que huimos.

Cuando mis padres tuvieron el accidente que les quitó la vida, mi padre con los últimos alientos que le quedaban, me insistió en que debía volver a Dumfriesshire y tomar mi lugar como su esposa, que según él sería el lugar más seguro, pero me daba terror estar frente a usted después del miedo que mi madre metió en mí.

Así que decidí viajar, por una vez en mi vida era libre, tomé mis precauciones para que la persona que persiguió a mi padre tantos años no me encontrara, así que cambie mi nombre en múltiples ocasiones, es por eso que el señor Phillips nunca pudo encontrarme.

Cuando conocí al señor Wallis, yo me encontraba en un debate interno, llevaba varias semanas pensando en volver con usted, así que no me encontraba del todo bien, no quiero que suene como justificación, pero quiero que conozca los hechos tal y como sucedieron.

Esa noche tomé un poco más de lo debido, un hombre jamás se había interesado en mi como lo hizo el señor Wallis y su atención me cautivó, no sé en qué momento el alcohol tomó posesión de mi cuerpo, pero no recuerdo nada de esa noche, solo recuerdo la mañana siguiente, evitaré los detalles por consideración suya, pero solo diré que mi situación no fue muy diferente a la de su hermano hace unas semanas.

Claro que mi situación no fue tan favorable como la de ellos, mi situación no se podía resolver con un matrimonio. Le dije mi verdadero nombre al señor Wallis, pensando que tal vez él pudiera resolver el problema, pero no pude contarle la toda la verdad. Como verá la cobardía no solo fue con usted, es un rasgo en mí.

Una semana después de ese fatídico suceso, el señor Wallis desapareció de mi vida, ignoro a donde se fue, he ignoro si algún día regreso al condado, ya que yo me retiré de ahí para dirigirme a un lugar seguro.

Espere años para volver a verlo a usted por vergüenza, cuando lo conocí y vi que era todo menos lo que mi madre había contado, postergue mi verdad por temor a perder su buena voluntad hacia mí, conforme lo conocí más y recibí sus cortejos me enamoré de usted.

Sé que al contarle mis faltas lo menos que conseguiré es su perdón, pero solo quería que supiera que jamás fue mi intención engañarlo ni aprovecharme de usted.

Sé que no tardará mucho en pedir la anulación de nuestro matrimonio y créame que en cuanto eso suceda, yo desapareceré de su vida, ya he puesto en venta mi residencia, para poder partir en cuanto usted lo crea conveniente.

Siempre suya.

Charlotte Erwine.


Terminada la carta y decenas de lágrimas después Charlotte envió su carta.

Terminada la carta y decenas de lágrimas después Charlotte envió su carta

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Amor desconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora