Capítulo XVIII

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Los temblores no dejaban a la pobre de Charlotte, las preguntas quu el señor Phillips le hacía no hacían más que ponerla nerviosa cada vez que lanzaba una nueva.

–Dígame señorita ¿Hace cuanto conoce usted al señor Wallis?

–¿El señor Erwine que le ha pedido investigar a ciencia cierta?

–No puedo proporcionarle esa información, señorita.

–¿Ha visto al señor estos días?

–Si, señorita, lo veo todos los días.

La platica no le estaba siendo satisfactoria a ninguno de los dos, por más que Charlotte quisiera saber de su aún marido, nadie le proporcionaba información, todas las veces que se había atrevido a ir a su casa, nunca se encontraba o al menos eso le decían. Tuvo que soportar demasiadas miradas de lastima cada vez que caminaba por el pueblo. Ya rodos sabían de las aventuras de Frederick y aunque no era raro que un señor en la posición que él tenía tuviera amantes, eso no quitaba que siempre hubiera miradas de pena.

Y sobre todo la platica no le estaba ayudando en nada al señor Phillips, pensó que la señorita, siendo alguien tan importante en la vida del señor Erwine sería mucho más cooperativa con él, pero tal parece que los rumores que corrían del señor, ya habían afectado la relación que mantenían.

–Señorita, le pido por favor que se concentre en la entrevista, le prometo que cuanto más rápido acabemos, más rápido me perderá de vista.

–Claro, perdóneme usted.

–¿Hace cuanto conoce al señor Wallis?

–Lo conozco hace más de tres años.

–¿Cuál era su relación con él?

Las mejillas de la joven se ruborizaron y el investigador lo pudo notar, muy a pesar de su mala racha en algunos casos, era muy bueno en su trabajo y detalles como ese no le pasaban desapercibidos.

–Simplemente conocidos.

–¿Dónde se conocieron? – prosiguió el señor Phillips, a pesar de no creer en la respuesta anterior de la señorita.

–Nos conocimos en una reunión en el condado de Peeblesshire.

–¿Es ahí donde usted estuvo todos estos años?

No pudo evitar preguntar, tantos años buscando y saber que la tuvo no tan lejos, lo ponía un con los pelos de punta.

–No señor Phillips, estuve ahí unos cuantos meses.

–¿Dónde estuvo usted?

–En muchas partes señor, sé que usted es un hombre ocupado y nombrarle todos los lugares donde estuve le tomaría demasiado tiempo, así que no lo quiero atrasar con su trabajo.

–¿Conocía muy bien al señor?

–No, no lo conocía bien.

Terminada la entrevista, el señor Phillips se fue de ahí decepcionado por no haber recolectado tanta información como pensó que recaudaría. Sabía que la señorita Hamilton le había mentido mucho y no entendía porque, aunque intuía que se trataba de algo que el señor Erwine ya sabía.

Decidió ir a visitar al señor Erwine una vez más, antes de emprender un viaje a Peebleshire.

–Lo busca el señor Phillips, señor.

Estaba a punto de salir cuando le fue avisada la visita del investigador, y aunque necesitaba salir, la necesidad de recibir noticias podía más que él, espero en el antecomedor consciente que fueran las que fueran las noticias, le dolerían de la misma manera.

–Buenas tardes, señor.

–Buenas tardes, no lo invito a sentarse, porque la verdad no tengo mucho tiempo, vaya al grano.

Algo que el señor Phillips también había notado, era que desde que el señor Erwine le había encomendado esta investigación su humor era totalmente diferente. Siempre se había caracterizado por sus buenas formas al tratar a la gente, por su paciencia y su nobleza, pero tal parecía que habían remplazado al señor con alguien totalmente diferente, sus formas de dirigirse se volvieron hoscas y a veces hasta groseras.

–No le quitare mucho su tiempo. Acabo de estar en la casa de la señorita Hamilton y algunas de sus respuestas, bueno, siento que no son del todo verdad...

Frederick soltó una carcajada.

–Claro que no le iba a decir la verdad, si no fue capaz de decírmela a mí, mucho menos a usted.

–Señor Erwine, si quiere que haga este trabajo bien, necesito que me dé toda la información que tenga, puede estar seguro que nada de lo que usted diga saldrá de aquí.

–Su trabajo es averiguar cosas, pero esta bien ¿Quiere saber la verdad? Le voy a dar una ayuda, pero si después de que yo hable, usted no me tiene un informe completo del sujeto en quince días, considérese despedido.

El pobre hombre guardó silencio, no quería provocar más el enfado del señor Erwine y espero paciente a que hablara.

–El señor Wallis y la señorita Hamilton fueron amantes mucho tiempo, estuvieron viviendo juntos en un condado no muy lejos de aquí llamado, Peeblesshire, y si también le sirve la señorita Hamilton y yo ya no estamos comprometido, ahora si me disculpa tengo compromisos que tengo que atender.

Se fue, dejando al Señor Phillips un poco estupefacto, salió de ahí con la entereza de que llevaría la información completa para antes de quince días.

Se fue, dejando al Señor Phillips un poco estupefacto, salió de ahí con la entereza de que llevaría la información completa para antes de quince días

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Amor desconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora