El ambiente se sentía festivo, la casa estaba repleta de gente que compartía la felicidad de los futuros novios, alguna de las personas que conformaban los invitados, estaban ahí solo para ver que el enlace se realizara después de tantos escándalos que habían surgido alrededor de los futuros señores Erwine, así que la expectativa de tan esperada boda estaba en su mayor momento.
La mayoría de las dudas que embargaban a Charlotte se habían casi evaporado por completo, había solo un problema que seguía agobiándola. Casi como si el dueño de sus pensamientos los hubiera leído, Frederick tocó a su puerta.
—¿Me harías el honor de hacerme compañía en mi paseo matutino?
Le pidió que esperara, mientras con ayuda de su dama de compañía se cambiaba y tomaba una sombrilla para poder acompañarlo.
Salieron y conforme avanzaban Charlotte se sentía cada vez más impaciente por tocarlo, como ahora Frederick contaba con la ayuda de su bastón para caminar, el paseo se hizo un poco más lento de lo acostumbrado.
Cuando por fin estuvieron lo suficientemente lejos de la casa y lejos de la viste de toda la gente que rondaba los terrenos, por fin Frederick extendió su mano para entrelazar sus dedos junto con los de su prometida.
—Había esperado este momento toda la semana, estamos a punto de casarnos y te he visto tan poco que me siento desolado la mayor parte del día.
Charlotte se sonrojo, las palabras de Frederick encajaban perfectamente con lo que ella sentía y que él las expresara en voz alta la hacía sentir ese calor inconfundible en el pecho.
Pasaron el tiempo charlando animadamente, sus manos no se soltaron en ningún momento, hasta que cuando emprendieron el camino de vuelta Frederick tomó un respiro, soltó la mano de Charlotte y detuvo su paso.
—Hay algo que quiero comentar contigo y aunque lo he pospuesto creo que ya es el tiempo, nos casaremos dentro de poco y no quiero que este sea un tema que nos persiga toda la vida, quiero formar una familia feliz contigo, sin secretos ni prejuicios.
Charlotte presentía el tema de la plática, y aunque sabía que ciertamente tenían que hablarlo ya, no estaba segura de que estuviera lista para afrontar eso.
—Sé que el tema de Susana y su embarazo han sido un tema delicado, no solo para nosotros si no para toda la familia y ha sido tema de chismes y rumores por doquier. También soy consciente que no te he dado ninguna respuesta concreta sobre eso y aparte de disculparme contigo por eso, quiero hacerte participe de mis planes y me gustaría que estuvieras de acuerdo conmigo en mis decisiones.
—No tienes porque hablarlo si no quieres, son asuntos tuyos.
La joven bajó la mirada avergonzada, por un lado, se sentía culpable por todo lo que había pasado, si hubiera sido sincera desde el primer día se habrían evitado tantos problemas. Pero también había otro lado, en el cual era la víctima, se sentía lastimada, traicionada y hasta humillada cuando salía a la calle y la gente se compadecía de ella o hablaba mal a sus espaldas.
—No podemos tapar el sol con un dedo y para mi tú eres mi sol. Tienes que estar enterada de todo. Quiero que seas mi cómplice. Me rehusó a que seas una esposa de aparador.
Charlotte sonrió.
—Quiero ser todo lo que quieres que sea y más. Si quieres compartir conmigo tus planes yo estaré encantada de escucharlos y aconsejarte.
—Para empezar, quiero que sepas que todo el tiempo que estuve con Susana no hubo un día que no pensara en ti, sé que eso no justifica lo que hice y mucho menos lo hace perdonable, pero me parece justo que lo sepas. Esperé un tiempo para hablarte sobre el embarazo porque quería estar seguro de todo antes de hablarlo contigo o con cualquier otra persona.
Charlotte comenzaba a ponerse un poco incomoda, pero como toda buena dama contuvo la compostura, suspiró, sabiendo que lo que escucharía no sería de su total agrado, sonrió para infundirle valor a Frederick y animarlo a seguir hablando.
—Dejé pasar el tiempo suficiente para corroborar que efectivamente Susana está embarazada, tenía mis dudas sobre esto porque no sería la primera vez que una mujer de esa clase finge un embarazo para intentar conseguir una renta o una muy buena compensación, cuando supe que el embarazo era cierto, tenía que averiguar si yo era el padre, y eso era casi imposible, pero estuve mucho tiempo investigando y descubrí que el fruto de su embarazo si es producto mío.
—¿Cómo lo sabes? —Preguntó Charlotte.
Frederick dudó un poco en contestar, no quería lastimar a su futura mujer con su respuesta, pero él mismo había prometido ser sincero, así que tomó las manos de la joven entre las suyas, dejando el bastón a un lado y sosteniéndose con el peso de ella.
—Descubrí que todo el tiempo que Susana estuvo conmigo, no estuvo con ningún otro hombre, físicamente, solo estuvo en contacto conmigo, comenzó de nuevo a tener clientes, cuando yo la corrí, pero para ese entonces ella ya estaba embarcada.
Y tal como Frederick había presentido, Charlotte bajó la mirada avergonzada.
—Lamento causarte malestar querida. Pero yo no soy de esos hombres que eluden de sus responsabilidades, mi intención es hacerme cargo de esa criatura. No pido que lo quieras ni que lo trates como a un hijo, solo pido que seas amable con él o ella, sé que estoy siendo egoísta contigo y también soy consciente de las habladurías que esto generara, pero me gustaría contar con tu apoyo.
—Tu sentido del honor fue algo que siempre me gustó de ti, como todos los seres humanos nadie es perfecto y has cometido errores, pero es admirable que quieras remediarlos. Mi vida desde que volví a reencontrarme contigo a sido fantástica, quitando del medio los errores que he cometido y que has cometido tú, pero estaré contigo en todo momento, seré tu esposa y podrás contar con mi apoyo.
—He sentido como si en mi pecho hubiera alguna clase de fuegos artificiales, mi miedo más grande era que te negaras y aun peor que decidieras dejarme, lo cual estas en todo tu derecho de hacer, pero el saber que puedo contar contigo, me hace darme cuenta que tan imbécil he sido contigo, si tu vida a pesar de todo ha sido fantástica, te prometo que de hoy en adelante será alucinante.
Con un suave movimiento, Frederick atrajo en cuerpo de Charlotte y acercó sus labios, el beso se sintió para los dos como si fuera el primero, no hubo nada más que amor y devoción en esa entrega, después de separarse y mirarse a los ojos por un momento, Frederick volvió a tomar su bastón y caminaron de nuevo rumbo a la casa, pero ahora con mucha más esperanza de un futuro feliz.
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Amor desconocido
Historical FictionFrederick Erwine, tiene a todos los habitantes del condado de Dumfriesshire a sus pies. Las madres, tratan de emparejar a sus hijas con tremendo partido, los caballeros, buscan incluirse en sus negocios, las jóvenes, rezan para que las note y los ni...