Esa mañana Sofía había llegado temprano a la mansión Hamilton para acompañar a Charlotte, ella sabía como eran los nervios antes de la boda y también estaba consciente que Charlotte no tenía familia que le tendiera la mano.
—¿Nadie lo vio salir? —Preguntó Charlotte en cuanto Sofía volvió.
—Nadie, no te preocupes, después de todo no tendría importancia, dentro de unas horas serán marido y mujer por lo que los chismes hoy perderían cierto poder.
—Gracias a Dios llegaste tú ¿Qué haces aquí tan temprano?
—Quería ayudar a arreglarte y apoyarte en lo que pueda para bajar el nerviosismo que debes de tener. También he venido a prestarte algo, sé que tiene que ser una prenda, pero creo que la intensión es lo que cuenta.
Sofía salió del cuarto y diez minutos después volvió con la señora Sinclair, la señora le sonrió cálidamente.
—Te voy a prestar a mi Mamá y hoy yo seré tu hermana. Hoy vamos a compartir este día tan importante como familia.
Los ojos de Charlotte se tornaron cristalinos, sus padres habían estado muy presentes en su mente las ultimas semanas y el hecho de que no contaría con ellos ese día tan importante, el ver a la señora Sinclair ocupando el lugar de la señora Hamilton le llenaba el corazón de alegría.
Un sabor amargo subió por su garganta cuando se dio cuenta que se sentía más feliz de tener a la señora Sinclair a su lado, que si hubiera tenido a su madre criticando toda la decoración. Se sentía mal por sus pensamientos, pero el presente le sonreía y no iba a darle la espalda.
Charlotte se acercó y abrazó a las dos mujeres. Juntas decidieron que desayunarían en la habitación, evitando a los invitados. Entre risas pasaron la mañana.
En la mansión Erwine, Frederick llegaba después de su visita a Charlotte, su hermano se encontraba ya en el comedor cuando escuchó los pasos que indicaban la llegada de Frederick, fue a su encuentro.
—Fui a buscarte a tu habitación para despertarte justo como tú me despertaste el día de mi boda, pero me encontré con la cama vacía. ¿Dónde estabas tan temprano en un día tan importante como hoy?
—Tu mujer te contara, le prometí que no te contaría nada hasta que la vieras.
En eso momento recordó como había ido a despertar a Logan el día de su boda y sonrió. Tocó apresuradamente la puerta del dormitorio de su hermano y entró antes de que él pudiera darle acceso, Logan aún dormía y Frederick dio una ultima sonrisa antes de poner serio y endurecer su voz.
—Logan, despierta, Sofía se ha ido.
El hermano menor de los Erwine, abrió un poco los ojos, después de unos segundos y de procesar bien las palabras que Frederick le había dicho, se sentó en la cama en un movimiento, cerró los ojos un momento a causa del mareo que sufrió por tan brusco movimiento.
—¿Qué dices? ¿se ha ido? ¿A dónde?
—Ha dicho que no era capaz de hacerlo. Lo siento.
Los pies le respondieron de inmediato, se levantó, se puso su bata y se encaminó a toda velocidad a la puerta. Frederick se interpuso en su camino antes que pudiera poder la mano en la salida.
—¿A dónde vas? Sofía te dejó esto —Le dijo extendiéndole un pedazo de papel.
Logan con el corazón en la mano, cogió el papel y lo extendió esperando lo peor, pensó que tal vez alguna de las mujeres con las que tuvo algo alguna vez, celosas de verlo feliz, habían dicho algo a Sofía.
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Amor desconocido
Historical FictionFrederick Erwine, tiene a todos los habitantes del condado de Dumfriesshire a sus pies. Las madres, tratan de emparejar a sus hijas con tremendo partido, los caballeros, buscan incluirse en sus negocios, las jóvenes, rezan para que las note y los ni...