Capítulo XXIV

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En el umbral de la puerta se encontraba Sofia esperando la llegada de Logan, la ansiedad por saber si Charlotte había aceptado ir con él la tenía sudando. El plan de ir ella por Charlotte se había esfumado cuando Frederick despertó de muy mal humor, pidiendo explicaciones de porque no había sido llamado cuando el investigador llegó.

Logan quiso comprobar cuando de su hermano seguía en ese cascaron tan amargado y dejó entrar a Sofía, esperando que la caballerosidad fuera uno de sus rasgos que siguiera vivo. Con su cuñada frenó su mal humor, mantuvo la paciencia mientras que ella le explicaba el porque de la razón de todo, mandó a traer el informe que el señor Phillips había dejado y Logan optó ir por Charlotte él mismo.

La relación de estos dos era incierta, si bien el tiempo que tuvieron contacto nunca forjaron una amistad, el cariño que Sofia tenía por Charlotte había influido mucho en el, tal y como el resentimiento de su hermano había traspasado sus propios sentimientos.

El carruaje se acercó a la mansión, los corazones de todos comenzaron a agitarse, en el camino, Logan puso al corriente a Charlotte sobre el accidente que su hermano había sufrido y también le contó casi todo lo que se había investigado de Robert Wallis.

–¿Tienen la cifra exacta de mujeres a las que engañó?

–Solo un aproximado, dudo que se sepa la cifra real algún día, este hombre es muy astuto, sabe con quien meterse, mujeres ingenuas. Lo siento no quise ofenderte.

–No me ofendes, es cierto.

Mantuvieron el silencio hasta que el carruaje se detuvo. Sofía corrió escaleras abajo impidiendo que bajaran por la escalerilla.

–Buenas tardes, señorita Hamilton –Hizo una pequeña reverencia y sin esperar respuesta de la interpelada fijó su vista en el caballero –Necesito hablar contigo urgentemente.

Logan bajó del carruaje e instó a Charlotte a esperar a que él regresara por ella. La pareja entró a la casa y antes de que el joven pudiera preguntar el porque de la urgencia, una mujer descomunal bajaba la escalera.

Los ojos de Logan no se apartaron de la desconocida, hasta que esta se acercó a ellos y les hizo una reverencia.

–Frederick, quiere que suba a su recamara.

La cara de Sofia era de desagrado, Logan no entendía quien era esa joven y porque hablaba de Frederick con tanta familiaridad, notó el coqueteo en la joven hacía él y eso lo incomodó bastante. Tomó la mano de Sofia y sin dirigirle palabra a la desconocida, camino junto con su novia a las escaleras.

Antes de subir se acercó a Sofia y le susurró al oído:

–Ve por Charlotte y has que espere en tu habitación, yo iré por ustedes en cuanto hablé con Frederick.

–Primero tenemos que hablar nosotros.

El joven pudo ver la urgencia en los ojos de la dama, asintió y la escoltó a la habitación contigua. En todo momento la mirada de la desconocida no se apartaba de ellos, hasta pudo sentir como sonreía antes de regresar por donde había llegado.

–Dime que no es lo que estoy pensando.

En un segundo deseo que todo fuera una broma que su hermano no se había convertido en alguien totalmente desconocido a sus ojos.

–No tengo idea de lo que piensas, pero esto es realmente grave, esa mujer es alguien que conoce realmente bien a tu hermano, no he podido hablar con él en lo absoluto, antes incluso de que trajeran el informe a la recamara, esta mujer llegó pidiendo a gritos ver a Frederick.

–¿Cómo se enteró tan rápido del accidente? –Interrumpió Logan a su prometida.

–No sabía nada hasta que llegó. Al parecer ellos se habían quedado de ver hoy y como Frederick no llegó, ella decidió venir aquí a buscarlo. No se ha apartado de su cuarto en ningún momento, no he podido mostrarle nada. Espero que tú puedas sacar a esa mujer antes de que Charlotte la vea.

Las palabras de Sofia retumbaban en su cabeza, ¿Cómo podía su hermano ser tan estúpido? Dejar que su amante entrara en su casa como si nada, eso nadie lo habría permitido jamás, era una regla que todos los hombres sabían.

–Iré yo a buscar a Charlotte, la llevare hasta la habitación de invitados del ala este, así estará lejos de la recamara de Frederick, tú vigila que esa mujer no se atraviese en mi camino, si es que sale de la habitación, la entretienes hasta que yo venga por ti.

Sofia corrió escaleras arriba lista para intervenir si es que esa desagradable joven salía.

En el carruaje, Charlotte aguardaba impacientemente, no entendía porque la tardanza, tenía ganas de bajar e ir directamente a buscar a Frederick, su accidente la mantenía preocupada, se supone que fuera ella quien tendría que cuidar de él.

Estaba a punto de tomar la decisión de bajar por su cuenta, cuando Logan abrió la gran puerta de roble, caminando tranquilamente hasta el carruaje.

–Disculpa la tardanza, ha habido un cambio en el plan, al parecer Sofia no ha podido hablar con Frederick, el doctor le aplicó algo para el dolor y él se durmió antes de que Sofia pudiera decirle algo, así que esperaré a que despierte para hablar primero yo y después iré por ti para hablar todos juntos.

–Entiendo –Agachó la cara derrotada– Tengo que volver a casa, ya tú iras por mi en cuanto te sea posible.

–No dejaré que estés sola en tu casa con ese hombre rondando por ahí, te quedaras aquí, Sofia te hará compañía mientras yo lidio con mi hermano.

Charlotte aceptó, le resultó halagador que quisiera cuidarla de Robert, en la mente de la joven giraba un futuro prometedor, en el que su vida marital y familiar le sonreían.

Subían la escalera hacía las habitaciones cuando vio a Sofia hablando con una mujer muy hermosa, preguntó por ella, pero Logan fingió no escuchar la pregunta y apresuró su paso. Al volver la mirada notó que la mujer iba a su encuentro con Sofia pisándole los talones.

–¿Puedes esperar un momento aquí? –Le pidió Logan con una sonrisa amable.

Fue a encontrarse con las dos señoritas antes de que estas llegaran lo suficiente cerca de ellos. Charlotte no podía oír lo que hablaban, lo único que pudo ver, fue la cara de la dama mirarla con un odio que dejó atónita a Charlotte. Sofia llegó su lado en un segundo y la acompañó hasta la habitación que Logan le había indicado.

Logan estaba furioso no podía creer las atribuciones que se estaba tomando esa señorita, al ver que pensaba dejarlo con la palabra en la boca y seguir a las dos damas la retuvo del brazo.

–Lo siento, pero esa ala de la casa solo es para la familia y usted no es bienvenida, es invitada de mi hermana y merece mi respeto por eso, pero como dueño de la casa le prohíbo que recorra todo como si fuera suyo.

–Hasta donde sé, el dueño es Frederick no tú, pero no te preocupes, iré a pedirle permiso a él para poder recorrer la casa. – Hizo una reverencia y se alejó.

Con el coraje de un ego herido, Logan la siguió, necesitaba evitar que la mujer alertara a Frederick de la visita de Charlotte.

Con el coraje de un ego herido, Logan la siguió, necesitaba evitar que la mujer alertara a Frederick de la visita de Charlotte

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Amor desconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora