[ 𝐏𝐑𝐈𝐌𝐄𝐑 𝐋𝐈𝐁𝐑𝐎 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐒𝐀𝐆𝐀 '𝐎𝐍𝐋𝐘' ]
«Encantado de conocerte.»
• • •
Yo, Min Yoongi, lo tenía todo; sin embargo, seguía siendo insuficiente. Y por años continuó de esa manera hasta que un día él y yo nos conocimos de la forma má...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
“Padre”. En su vida hubiera imaginado que esa etiqueta fuera puesta en su vida, puesto que no era un hombre que deseara tener niños.
Su vida ha sido dura mucho tiempo, más bien, desde su nacimiento. Aún recordaba los gritos en casa, los constantes maltratos físicos y psicológicos que presenció de su padre. Pero en ese momento no eran dirigidos a su persona, sino a su madre, quien tragó su amargura por varios años hasta que decidió huir únicamente con la poca ropa que pudo empacar en su maleta.
Jin quedó en manos de su padre, el hombre al que siempre vio como un monstruo en sus sueños y en el mundo real. Y cuando era joven, lo justificaba porque su abuelo paterno también había sido de la misma forma; y todos sus tíos, incluído su padre, no habían recibido nada más que aquella educación violenta.
Con los años, y gracias a la ayuda de muchas personas que fueron pasando a lo largo de su vida, Jin abrió los ojos ante la verdad que tenía frente a él, viviendo bajo el mismo techo y provocando intensos dolores en sus brazos y espalda.
Nunca acudió a la ayuda de un profesional, puesto que no estaba listo para recordar todas las atrocidades que su padre cometió contra él en la ausencia de su madre. Le causaba una presión en el pecho y un incómodo malestar en el estómago, de sólo imaginarse a sí mismo revolviendo sus recuerdos en busca de quién sabe qué.
Cuando comenzó la universidad y su relación con Jennie fue tomando una seriedad que le causó terror en esos momentos, supo que jamás podría imitar lo que su padre hacía con él y su madre. De sólo imaginarse como él, le causaba repugnancia.
A pesar de que su relación con Jennie acabó terriblemente mal, el cariño que sentía por ella permaneció igual todos esos años. Volverla a ver no despertó un fuerte deseo de tenerla entre sus brazos, besarla y ser felices. Para nada. Sin embargo, sentado en el sofá que decoraba su espaciosa oficina, con la cabeza relajada e inmersa en las vivas imágenes de lo sucedido horas atrás, Jin podía afirmar con seguridad que la noticia dada le fascinó.
Era inexplicable las emociones que se implantaron en su cuerpo al oír a Jennie confesarle que aquella pequeña que traía en brazos dormida, era su hija. Mierda, él quedó atónito. Ni siquiera quiso refutar, porque su genética se mostraba completamente en Sunhee. Y estaba seguro de que si colocaba una fotografía de su infancia junto a ella, la evidencia de su sangre se completaría.
Sin embargo, era una noticia que no asimiló realmente bien. De pronto las inseguridades aparecieron, los recuerdos con su propio padre, el miedo a arruinarlo todo de un segundo a otro. Tantos fueron sus pensamientos que acabó derrotado, afligido por sus propias desgracias personales que él mismo sabía no podrían repetirse. Por eso mismo, tomó una decisión.
—Yoongi —Lo llamó, cuando salió de su oficina y logró encontrarlo en el mismo piso donde él se encontraba.
El menor se limitó a continuar rellenando unos expedientes, haciendo un ruido de asentimiento para que Jin continuara con lo que quisiera decirle.
