Capítulo XXXVIII; Los recuerdos o los anhelos no son amor.

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Jimin y Yoongi no tenían una relación común, una relación basada en amor y de entrega completa

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Jimin y Yoongi no tenían una relación común, una relación basada en amor y de entrega completa. Para nada. Sus amigos podían asegurar lo errados que estaban aquellos dos sobre su manera de relacionarse, porque a veces si realmente tomaban en serio sus papeles como supuestos amigos o si solo fingían y dejaban que sus almas y sus cuerpos hablaran por ellos, dejándolos expuestos frente a todos por las miradas íntimas que se entregaban, por los besos que se daban y creían que nadie los veía, por las confesiones y palabras de amor ocultas en sus conversaciones diarias. La mayor parte de las personas que los conocían, notaban el genuino amor que se entregaban sin importar qué; Jimin y Yoongi dejaban a sus corazones fluir.

No obstante, todo lo que hacían los llenaba de culpa. Ninguno quería perderse, habían pasado por ciertos desafíos que produjeron heridas en sus corazones y era por esa razón que últimamente se aferraron al otro con ganas, como si dependieran de la paz que se entregaban de manera mutua. Cualquiera podría hablar sobre la forma incorrecta que se trataban al ser supuestos amigos, pero nadie, absolutamente nadie veía a aquellas dos almas perdidas que, por razones locas del destino y la vida misma, se encontraron o más bien reencontraron y se empeñaron en estar juntos sin importar qué, sin importar que mantener aquel contacto piel con piel los estaba quemando e hiriendo tanto que no era conscientes de ello.

Empeñarse en tener algo en tu vida que más tarde podría hacerte pedazos, nunca era bueno y ambos lo sabían, sin embargo, eran Jimin y Yoongi, y los dos eran lo demasiado tercos para no hacerle caso a las advertencias del destino antes de que todo se fuera al mismísimo diablo. Si iban a quemarse, lo harían juntos, estaban hechos por el mismo hilo.

A veces los dos tendían a preguntarse sobre sus viejas vidas, sobre qué habrán hecho sus almas para ser condenadas a sufrir por diferentes motivos y también para angustiarse a niveles preocupantes si tuvieran que separarse. Y desde el inicio de su escandalosa relación, Jimin y Yoongi nunca dejaron de sentir la química que tanto los unía y aquel sentimiento de familiaridad con el otro, como si se hubieran conocido antes y ninguno de los dos lo recordaba. Resultaba tan extraño pensar en la posibilidad de ser almas que ya se habían amado antes en alguna vida anterior, incluso hasta se lo podría ver con ternura y como el mayor acto de amor al que un simple ser humano podría aspirar.

El sentimiento de paz lo encontraban en el otro, pero ninguno quería cuestionarse si aquello debía ser así o nuevamente podrían estar lastimándose. Yoongi tenía a alguien a quién preguntárselo, y de hecho estaba frente a él bebiendo un batido proteico con una expresión estúpida, como había denominado al rostro de DongHae ese día.

Sólo había transcurrido una semana y media desde que el padre del menor murió de manera tan repentina que para el neurocirujano continuaba siendo muy extraño, pero trataba de pensar que así eran las cosas del destino, quería pensar igual que Jimin al respecto.

Ese día era el primer en el que Yoongi finalmente decidió por cuenta propia dejar a un Jimin deprimido por un par de horas en su departamento, porque desde la partida de Seungcheol, su ángel había decaído y estaba irreconocible. El mayor perdió la cuenta de las veces que ayudó al cirujano pediátrico a levantarse de la cama, a tenderla y luego sentarse en el sofá (donde tenía más facilidad de tirar la comida y recostarse nuevamente) para probar un bocado.

Enchanted To Meet You | YoonMin (Serie Only, 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora