Capítulo XLVI; Thomas, the train.

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Min Yoongi

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Min Yoongi.

Todos se apoderaron de mi derecho a tomar decisiones.

Tras un eterno momento en el cual me culpé, enojé, y torturé a mí mismo en mi propia y asqueante soledad, DongHae llegó por mí y me abrazó con todas las fuerzas que tenía disponibles mientras mojaba mi hombro así como la lluvia torrencial lo estaba haciendo con nosotros, pero a ninguno pareció importarle. Tenía que liberar el dolor, pisotearlo, o conformarme con aprender a convivir con ella volviéndome un miserable estúpido. No tenía una respuesta concreta para eso.

Estaba empapado de pies a cabeza, el viento soplaba a una velocidad y fuerza sorprendentes y mi ropa húmeda comenzaba a provocar hipotermia en cada zona de mi cuerpo, y entonces me solté de mi mejor amigo de la infancia y me senté sobre el suelo de cemento que era cubierto por una parte del techo del hospital. Llevé mis rodillas cerca de mi pecho al mismo tiempo que DongHae imitaba mi acción y utilizábamos nuestras piernas como una especie de escudo para el frío en lugar de levantarnos, ingresar a Wooridul y buscar ropa limpia en alguna parte.

- ¿Cómo lo supiste? -cuestioné en su dirección y me observó con sus ojos grises.

-Jimin me llamó por medio de tu teléfono -Sonreí ante la mención de aquel encantador hombre-. Cerré la clínica y me quedé ahí hasta que mi cabeza comenzó a doler por haber llorado tanto -suspiró.

-Murió mientras operaba a SeungWan -expliqué en un hilo de voz, pero ya no tenía lágrimas que liberar, no importaba cuánto lo intentara-. Escribió una carta para despedirse de mí. Todo esto fue su decisión -liberé una risa casta, pero mi mejor amigo podía ver perfectamente lo dañado y roto que me encontraba-. Esperó a que estuviera en el quirófano para hacerlo, ella sabía que era capaz de detenerla.

-Hizo bien -murmuró con su cabeza apoyada sobre mi hombro-. Es algo que habría esperado de ella.

Pensaba igual que él.

Jihyo siempre fue el ser humano más independiente que había conocido en mi vida; le gustaba bailar, también cantar, y salir con sus amigas o con su novio sin importar lo agotada que la dejaba someterse a sesiones de quimioterapia extremadamente fuertes. Mi hermana fue tan valiente y era la característica que más destacaba en ella a mi parecer, puesto que al observar el ambiente en el que fuimos criados y educados, también considerando el tipo de padres que tuvimos durante tanto tiempo y el sufrimiento que por épocas soportó sola hasta, finalmente, mudarse junto a mi, demostraba la fortaleza que tenía para enfrentar tanto dolor y tantos problemas.

-Deberíamos entrar, no quiero que nos resfriemos.

Asentí y sorbí mi nariz, comenzando a caminar tan lento y mantuve la mirada atenta al suelo húmedo. No podía mover ni un solo músculo de mi rostro, ni una expresión podía formar más que neutralidad absoluta.

Mientras avanzaba a la que fue la habitación de mi hermana menor, tras haberme tardado varios minutos en subir, me di cuenta de lo real que era la situación que estaba viviendo. Jihyo se fue, pero antes decidió despedirse de mí con una extensa carta; un simple papel era todo lo que tenía de ella. Allí estaba su perfume, sus últimos garabatos, y aquella letra que siempre he considerado tan prolija y bonita.

Enchanted To Meet You | YoonMin (Serie Only, 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora