Dolls Game (+18) I COMPLETA I

Capítulo 9- Niñera

KRYSTAL

Miedo, terror, escalofríos, nervios... y miles de sensaciones más recorren mi cuerpo cuando miro la caja frente a mi. Luego de que los chicos y yo pisáramos la cabaña que estaba escondida en ese lago y encontramos a esa especie de cuarto secreto, no nos quedó otra que salir de allí, no sin antes tomar con nuestras manos los objetos que la televisión vieja nos señalaba. Tal como indicaba, no las abrimos. Cada uno se quedó con la suya y si se trataba de alguna estúpida broma, lo comentaríamos después.

Yo llegué a mi residencia junto con Jodie y por supuesto lo primero que hicimos fue introducirnos a las duchas para darnos un buen enjuague. A mi me tomó al menos una hora quitarme cada mancha de mi cuerpo, esa basura insistía en quedarse pegada a mi piel. Mi cabello se arruinó y sabía que necesitaría los servicios de Blair nuevamente. Por suerte, los estudiantes no estaban en los pasillos para contemplar la maravillosa obra de arte que alguien había hecho con nosotras. Luego me vestí con ropa cómoda.

Ahora, con las piernas cruzadas y mi espalda recta, me encuentro sentada en mi cama mirando fijamente la caja azul. No parece nada del otro mundo, a simple vista, cualquiera diría que es un regalo. Solo tengo que abrirla para visualizar su interior y por fin quitarme la duda de lo que me espera allí dentro. Tal vez estaba siendo paranoica, como dije antes, podría ser cualquiera molestándonos. Es comprensible que algunos nos tengan odio o rencor por ser quienes somos, unos niños ricos y mimados. Pero alguien está yendo demasiado lejos porque lo que vi en ese cuarto, todos esas fotos nuestras en el campamento, eran auténticas. Querían decirnos que nos vieron, y que saben lo que hicimos.

Sacudo mis brazos y trueno mis dedos antes de levantar la tapa y mantener mi respiración.

Frunzo el ceño.

Es... ¿una muñeca?

Es pequeña, del tamaño de mi brazo. Su cabellera rubia es tal cual a la mía en cuanto comparo los mechones, lleva ropa azul con la marca en las prendas, marcas que yo suelo vestir. Lleva un collar al igual que aretes y pulsera. Parece delicada, casi como si fuera de porcelana así que tengo cuidado al sostenerla. Sin embargo, la examino de arriba a abajo intentando comprender por qué me darían esto.

Mi boca se entreabre cuando distingo el papel que sobresale del bolso que cuelga sobre el brazo de la muñeca. Lo desdoblo con mis dedos, es tan pequeño que temo romperlo. Finalmente, leo el texto impreso:

"¿Que se siente hacer trampa? ¿Acaso te gusta la adrenalina que se apodera de ti cuando sientes que estás al límite y a punto de perderlo todo? ¿Es eso, K?

Mis manos tiemblan al sostener la mierda de hoja que al terminar de leer, lanzo por la habitación. No sirve de nada porque queda flotando en el lugar hasta que desciende de a poco hasta volver a posarse en mi cama. Las lágrimas resbalan por mis mejillas y por mucho que intente retenerlas, no lo logro, porque cada palabra de ese texto ataca hasta lo más profundo de mi ser.

Joder, eso fue hace menos de un año, creí que lo había olvidado y que todo se había resuleto. Ya había superado la presión de llevar ese peso conmigo porque había logrado olvidarlo y seguir adelante. No era mi intención, pero estaba desesperada, tenía una reputación y un año académico que proteger.

Agarro la caja y con la fuerza que recorre mis venas, la parto en miles de pedazos. Gruño por lo bajo hasta terminar de destrozarla por completo. Estoy a punto de hacer lo mismo con el papel, pero me detengo cuando me percato de que en el lado trasero, hay otro texto:

"Confiesa"

No... no puede estar diciéndome que haga eso. ¿Quién mierda es la persona que se cree con el poder de decirme qué hacer?