BILOGÍA DOLLS. LIBRO 2
Dos familias están rodeadas de secretos y mentiras que podrían llevarlos a cavar su propia tumba si no los esconden como deben.
Los Beckham y los Bloxam son los más conocidos de la universidad y de la cuidad gracias a su gran...
"El titiritero". ¿Es un hombre? ¿Es una mujer? Nadie lo sabe con certeza, pues se esmera en mantenerse entre las sombras. Pero por alguna razón está ahí, acechando a sus marionetas. Su plato principal son el dolor y la vergüenza ajena, le encanta alimentarse de estos. Le gusta sentir como si tuviera el control de todo, pero en especial de ellos, de las familias Beckham y Bloxam.
Los niños, Krystal, Jodie, Park y Chase, son ahora adultos que lo único que buscan es seguir sus estudios como personas normales, para alcanzar un futuro por el que en verdad están luchando. Sin embargo, no tienen idea de en qué están metidos realmente. No saben lo que esconden las personas de su alrededor, las mentiras en las que se ven envueltos. Ellos engañan y lastiman pero no saben que, si supieran la verdad, saldrían igual de heridos. O peor.
Eso es lo que hace sonreír al titiritero. Jugar con sus muñecas.
Para ejecutar su plan, primero necesita que los chicos se enamoren, vivan su juventud, disfruten los días que le quedan... que sean felices, para luego utilizar sus armas y dar justo en sus puntos débiles, hasta destruirlos por completo y acabar con lo que nunca debió existir.
A ellos... y a sus padres. Porque si no fuera por ellos, esto nunca habría empezado.
El titiritero tomó asiento en su sitio habitual y observó a cada una de sus marionetas por las cámaras de la habitación donde se encontraba.
Por un lado, Krystal permanece dormida, bella como siempre, luego de pasar por un momento bastante particular con su director. Después, tenemos a la dulce y débil Jodie, quien llegó con su ropa desprolija luego de follar con el hermanastro del chico con el que salía. Ella se tiró a la cama con un gruñido, pues parece que está algo arrepentida. Park, por su parte, se mantiene pensativo sobre su escritorio. Había vuelto a las carreras para demostrarle a la chica que le gusta que no es el monstruo que pinta, pero a su vez, se hacía preguntas al respecto de la persona que lo está observando justo en ese instante. Y por último, Chase, quien se llevaba una botella de ron a la boca mientras pensaba en la chica morena con la que había pasado la noche.
El titiritero se da la vuelta para, ahora, observar la otra serie de cámaras. Allí, Kimberly, Jennifer, Peter y Chad, se muestran en una cafetería privada, hablando y riendo como en los viejos tiempos. Traer hijos al mundo ha sido todo un reto para ellos, pues el único apoyo que han recibido es el de ellos mismos. No tenían amigos, ni familiares, ni mucho menos personas en las que confiar. Eran los Beckham y los Bloxam contra el mundo.
Y claro, a varios kilómetros de distancia, estaba él, Christian Blackwell. El hombre que para el mundo continúa desaparecido, pero que, en realidad, se encuentra muy bien escondido, con una vida completamente diferente, junto a Chloe Donovan. O Kate, como prefieran llamarle. El titiritero también está bien pendientes de ellos.
Christian no es idiota, tenía un plan por si la mansión se veía amenazada. La asociación que él lidera es más grande de lo que uno pudiera imaginarse. En los departamentos de policía, en los hospitales, en los bares, en las escuelas, incluso en la universidad a la que están asistiendo las nuevas muñecas, podía encontrarse a un miembro de Donum.
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