KRYSTAL
Me sentía vacía después de estas semanas, sentada en el maldito sofá que me ha acompañado desde que llegué aquí. He hecho mis necesidades en el pequeño inodoro que se encuentra postrado en una pared. Junto a él, había un lavamanos que se limitaba a tener un jabón, y eso es lo único que me ha servido para lavar mi cuerpo, si es que tenía fuerzas y ganas de hacerlo. Porque, sinceramente, ya me estaba quedando sin energías.
Lo único que podía hacer era llorar. Literalmente no podía hacer otra cosa porque saciar mis lágrimas de todo lo que estaba sintiendo en aquel momento era la única manera de pasar mis días encerrada. Pensaba todos los días en mi familia y en lo fatal que deben sentirse. Creer que tu hija está muerta es como clavarte una estaca en el pecho, capaz de robarte la respiración. Una sensación que espero jamás experimentar. Los extraño con locura, todos los días deseo poder gritar desde aquí y transmitirles que sigo respirando y esperándolos. Pero cuando caigo en cuenta de que tanto yo como Jodie somos un caso perdido, vuelvo a llorar.
También pienso en el hombre que sin duda había logrado enamorarme con el tiempo que pasamos juntos. En la pantalla frente a mi, el video de él reaccionando a la noticia se reproduce una y otra y otra y otra vez... porque la maldita persona que me tiene aquí sabe lo destrozador que es para mi.
¿Cuál es su objetivo? ¿Mantenernos aquí? ¿Matarnos emocionalmente? ¿Jugar con nosotras?
No he tenido la oportunidad de preguntárselo ya que no se ha atrevido a dar la cara. Lo único que pude rescatar fue su brazo cubierto por la tela de su sudadera, y su mano siendo protegidas por guantes para pasarme todos los días, por debajo de la puerta y su abertura, la comida racionada de siempre. Los primeros días me había negado a comerla, pues no sabia que tipo de sustancia podían contener. Pero llegó un punto en el que el hambre me venció y no pude resistirme a tomar un bocado. ¿Tenía realmente algo? No lo puedo negar ni afirmar, porque mi estado de todas formas empeoró gracias todo lo que se me ha acumulado.
Tuve cero comunicación con Jodie. Sus gritos por las noches cesaron por un tiempo, y eso me asustó. Porque no había forma de saber si ella se encontraba bien, si aún seguía aquí conmigo o si la habían lastimado. Pero respiré con un poco más de tranquilidad cuando oí que gritaba de nuevo. Es la única forma de saber que ella sigue respirando y luchando como yo. Si algo le pasara a mi prima... a mi mejor amiga juro que mi mundo se vendría abajo, más de lo que ya está.
Los días siguieron así, repetitivos, como si se tratara de un bucle que temía que no fuera a terminar. Pero ese pensamiento se esfumó cuando desperté junto a Jodie nuevamente en la cabaña.
Si me pongo a pensar, creo que el secuestrador colocó algo en mi comida para provocar que perdiera la conciencia. Esto porque, minutos después de beber de mi vaso de agua, sentí mi cuerpo muy pesado, la vista borrosa, hasta que finalmente caí dormida.
Mi primer instinto en cuanto desperté, fue tomar el brazo de mi prima y correr. Tenía la oportunidad allí adelante, tenía que aprovecharla. Pero entonces pensé que todo era demasiado fácil, que algo estaba sucediendo.
Fue entonces cuando visualicé a un hombre parado a metros de nosotras, quien tenía la mirada fija en las nuestras, mientras cargaba en sus manos un especie de juguete. Temblé. ¿Era él? ¿Él nos retuvo todo este tiempo?
Agarré con fuerza la mano de Jodie para mantenerla a mi lado y asegurarnos que nos teníamos mutuamente. Quise levantarme y tirarme sobre el tipo, arrebatarlo con golpes hasta dejarlo inconsciente o al menos provocarle todo el daño que nos causó.
Y juro que estaba a punto de hacerlo, pero tuve que detenerme cuando su voz gruesa habló por primera vez:
-Están aquí...- murmuró en voz baja.
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Dolls Game (+18) I COMPLETA I
Mystery / ThrillerBILOGÍA DOLLS. LIBRO 2 Dos familias están rodeadas de secretos y mentiras que podrían llevarlos a cavar su propia tumba si no los esconden como deben. Los Beckham y los Bloxam son los más conocidos de la universidad y de la cuidad gracias a su gran...