Capítulo 28- Uno vive, el otro tal vez

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JODIE

Mi cuerpo me duele en cuanto tengo el instinto de ponerme de pie. Mi cabeza zumba, como si la golpearan constantemente con un palo. No entiendo lo que está pasando en este momento, me siento aturdida y desorientada. Lo último que recuerdo es lo cansada que me encontraba por correr a gran velocidad hacia el pozo de agua con los chicos, todo por miedo a que nuestros padres descubrieran lo que habíamos hecho hace un tiempo y por lo cual la culpa nos consumía.

Abro mis ojos acostumbrándome a la nueva luz que me recibe, la cual es escasa. Cuando quiero levantarme de mi lugar, me percato de mi estado. Estoy atada a una silla de madera con unas sogas gruesas que me impiden huir e incluso moverme. Comienzo a hiperventilar, no solo por estar atrapada, sino por el reducido espacio de la habitación, es demasiado pequeño. Nada bueno para una chica claustrofóbica como yo.

Me sacudo varias veces aún con la esperanza de conseguir un avance, pero mi desesperación no ayuda para nada, solo lograr que enloquezca más.

Pienso en mi familia y en lo que les habrá pasado a ellos. ¿Estarán encerrados como yo? ¿Se encontrarán bien? Espero con todo mi corazón que sí.

No tardo mucho en comenzar a llorar, jamás me había encontrado en una situación así, donde no tenga escapatoria. ¿Quién me haría esto?

¿El titiritero?

Imposible. Estoy en París, lejos de esa persona.

¿O no?

Estaba tan ocupada tratando de zafarme de mi lugar pensando en una salida, que no me había dado cuenta del objeto cuadricular que se encontraba frente a mí, sobre una mesa de madera y vieja.

Se trata de una computadora. Está en perfecto estado, hasta diría que es nueva. Su tapa está abierta, con la pantalla en negro. Pienso lo obvio, y es en pedir ayuda de alguna maldita manera. Pero no tiene sentido. Mi secuestrador no querría eso, mucho menos dejaría algo que estuviera a mi alcance para permitirme comunicarme con alguien más. Además, si lo que intuyo es correcto, aún estoy en Ferston, en medio del bosque, de la nada, alejada de todo el mundo y la ciudad, donde mis gritos son imposibles de escuchar.

Me estiro para revisarlo en todo los ángulos que me es posible. Todo se ve normal. ¿Cuál es el punto de esto?

Y entonces la pantalla se enciende de la nada, haciéndome saltar. Lo primero que aparece es un círculo que da vueltas constantemente, lo que me indica que algo se está cargando.

Finalmente, la imagen se carga, mostrándome algo que tira mi corazón al suelo. Esperaba muchas cosas... menos esto.

La pantalla me muestra una habitación oscura, parecida a la que estoy en este momento. La diferencia es que allí hay dos personas, ambas con la cabeza gacha, atadas al igual que yo, con sus cuerpos mirando hacia la cámara. Tanner y Fynn.

-¡Noo!- inmediatamente grito sus nombres, con el corazón en la boca. Ellos están allí, inconscientes por lo que llego a ver, y probablemente por mi culpa.

No me importa nada, simplemente continúo gritando para que me escuchen si existe la posibilidad de que mi micrófono esté encendido. Comienzo a creer que es así cuando veo a unos de ellos sacudir su cabeza de a poco, despertando.

-Joder...- masculla a lo que yo sigo gritando- ¿Jodie?

-¡Fynn, soy yo!- siento una punzada atravesar mi corazón, mientras trago saliva. Estoy nerviosa por lo que lo que pueda llegar a pasar- ¡Tranquilo, intenta librarte de tus ataduras!

En cuánto le digo eso, frunce el ceño, no estaba al tanto de que se hallaba amarrado. Y entonces el pánico sacude todo su cuerpo y rostro. Mira a sus costados, gruñendo y reaccionando igual que yo hace unos segundos. Aprieta los puños en cuanto ve quién está a su derecha, aún inconsciente.

Dolls Game (+18) I COMPLETA IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora