Dolls Game (+18) I COMPLETA I

Capítulo 60- Muñecas rotas

CHASE

Miedo... Tenía tanto miedo. Todo podía pasar, estábamos al límite. Nuestras vidas podían acabarse en cualquier momento a manos de ese demonio llamado Cameron Dixon que lo único que ha hecho durante todos estos años es permanecer en nuestras sombras, esperando pacientemente para salir en el momento indicado y meterse hasta con nuestros más oscuros secretos. Tenía miedo porque las personas más importantes para mi en este mundo estaban atrapadas conmigo, también sufriendo las consecuencias de lo que se trataba un acto de remordimiento y venganza. Mi hermana, mis padres, mis tíos, mis primos, mi abuelo, personas como Max, Savannah, Millie, Daniel y Angus que estuvieron dispuestos a dejar los problemas del pasado para ayudarnos a encontrar a nuestro mayor enemigo. Todos estaban involucrados solo por convertirse en personas de nuestra importancia.

Pasamos un mes entero encerrados en la universidad Blackwood, un edificio que se había convertido en ruinas a propósito solo para mantenernos cautivos dentro. Literalmente, jugaron con nosotros cuatro como si fuéramos muñecas de un hombre mayor con la mentalidad de un niño que fue herido hace tantos años. Nos colocaron sogas en nuestros cuerpos y nos elevaron en el aire como simples juguetes, hiriendo nuestras extremidades y torturándonos psicológicamente. Ocho... ocho fueron la cantidad de juegos en los que nos vimos sometidos. Uno peor que el otro. Nuestro secuestrador y su séquito no tuvieron ni una pizca de piedad, ni siquiera al ver nuestros ojos llorosos y llenos de sentimientos. No les importaba. Lo único que querían era ganar, y de paso... atormentar a nuestros padres con nuestra imagen destruida.

Dentro de mí, sabía que iba a llegar un momento que lo cambiaría absolutamente todo. Donde las vidas de los que estábamos presentes en ese infierno finalmente tomarían una decisión: si seguir en este mundo, o dejarlo con los ojos cerrados. Me dolía imaginarlo porque, como he dicho al inicio, todo podía salir mal. Se trataba de un secuestro controlado por un psicópata que si bien se mostraba seguro, probablemente no era capaz de controlar sus impulsos. Su sed de venganza podían lograr crear hasta la mayor locura creada en este mundo.

Mi corazón se oprimió cuando vi a mi prima colgada de unas simples sogas, con la posibilidad de caer a muchos metros de altura y acabar con su vida. No podía hacer absolutamente nada, por más de que luchara con todas mis fuerzas por liberarme e ir hasta ella para ponerla a salvo. Lo único que oía eran gritos desgarradores y una risa desquiciada por parte de Cameron que no dejaba de reproducirse. Mi cuerpo tembló tanto que descubrí lo que se sentía realmente estar a punto de desmayarse del terror.

Luego apareció mi abuelo para rescatarla y pude soltar el aire que tanto retenía. Por segundos... por milisegundos... creí que todo finalmente se había acabado. Pero entonces, justo cuando terminó de soltar mis ataduras, el demonio volvió a revivir para empujarlo hasta hacerlo caer en su muerte.

Todos se asustaron y cerraron los ojos. Pero yo lo vi... lo vi caer. Vi la forma en que gritaba y cómo sus ojos buscaban algo de dónde sostenerse. Pero pronto su cuerpo se encontró con el suelo y acabó con su vida a los pocos segundos. La última persona a la que vio antes de cerrar los ojos, fue a mi. E incluso mientras su aire se agotaba, me ofreció una sonrisa que nunca jamás iba a olvidar.

No, mi abuelo no era una buena persona. Entendía mucho por qué mi madre y mi tía no querían volver a verlo. Leí su historia y recordarla ahora solo me hacía pensar en Cameron. Porque ambos alguna vez fueron personas que lo tenían todo... y que de un día para el otro lo perdieron abruptamente, convirtiéndolos en las personas que eran hoy en día. Nadie jamás olvidará lo que Christian Blackwell creó, ni justificará las acciones que realizó para lograrlo. Pero yo, su nieto, siempre tendré presente que no dudó en venir hacia nosotros en el momento que escuchó que estábamos en peligro. Lo recordaré e inevitablemente lo extrañaré.