Dolls Game (+18) I COMPLETA I

Capítulo 12- El museo

CHASE

Tocar la melodía que suena en cuanto mis dedos zarandean entre las teclas, genera una armonía que me hace cerrar los ojos. Tengo la canción aprendida hasta tal punto de que no necesito mirar mis manos. Me encuentro en la sala de música, con el culo apoyado en un pequeño asiento redondo y suave, acolchado. El piano tiene una gran extensión, su color negro brilla junto a la fogata a mi lado. Se oye la crepitación, aquel sonido que produce la madera al entrar en contacto con el fuego. Las brasas comienzan a acumularse mientras que yo sigo tocando.

El piano, un instrumento musical armónico que es capaz de sacarme del mundo real con tan solo su estructura y percusión. Mi tío me enseñó a tocar cuando era niño y desde ese momento no pude soltar la obsesión de, al menos una vez por semana, sentarme a tocar.

La sala de música está vacía, como es común a esta hora de la noche. Mi hermana, por lo que sé, ha salido y yo sin planes para la noche. Comúnmente me hubiese ido al bar de West o a tratar de obtener una noche de sexo con alguna chica que estuviera con las mismas ganas. Sin embargo, solo he podido quedarme aquí, con mi maldita caja de regalo que encontramos en ese horrible lugar, el estúpido muñeco que estaba dentro y la nota rondando por mi cabeza. No puedo sacarme las palabras de la cabeza.

"Traición. La simple palabra suena dura. Imagina que Krystal experimentara aquella sensación asfixiante, la cual llega hasta el fondo de tu corazón y lo destroza en cuestión de segundos. Imagina si descubriese lo que le hiciste"

No lo entiendo. Simplemente no lo comprendo. No es posible siquiera que mi sombra sepa lo que hice, se supone que me había encargado de ese asunto.

Releer la nota era una punzada tras otra en el pecho, las cuales me recordaban lo idiota y cobarde que fui solo por obtener lo que quiero. Todos los días una voz en mi cabeza me recuerda la mierda de hermano que fui, es inevitable. Cada puto día intento olvidarme de ello y seguir allí para ella. Porque mi hermana se merece todo el maldito mundo y no hay cosa que no haría por mi clon. Pero creo que, justamente, fue ese impulso de hermano mayor lo que me hizo actuar como lo hice.

Alejo los dedos de las teclas y me paso las manos por el cabello levantándome de mi asiento. Voy hacia la chimenea, me coloco en cuclillas, y simplemente me quedo allí, contemplando el color del fuego, con el calor golpeando mi cara.

No puedo cambiar el pasado, no puedo rebobinar y evitar lo que hice. Pero puedo encargarme de que todo permanezca como está sin que nadie se entere de nada. Mi hermana es feliz, me tiene a mi y no necesita saber la verdad, porque así estamos completamente bien. Yo no quiero que me odie ni ver su rostro contraerse al descubrirme. No. Todo está bien así.

Sin embargo, ya no puedo quedarme tranquilo porque la maldita nota lo cambia todo. No soy idiota, esto es obra de la misma persona del video en la fiesta de bienvenida y quiero creer que también del responsable de la ola de pintura del otro día.

Si realmente existe alguien con la intención de alejarme de Krystal, pues se ha metido con la persona equivocada. He tenido a la niña en mis brazos segundos después de que nació. Literalmente es mi otra mitad, lo que significa que no puedo vivir sin ella.

Siempre fuimos unos niños muy particulares. A diferencia de nuestros primos, ella y yo solíamos meternos en problemas para divertirnos, hacerle bromas a los adultos, escaparnos, competir. Y es que crecer junto a una persona a tu lado que es prácticamente igual a ti, y que sabes que puede sacarte una sonrisa con solo respirar, crea este tipo de lazos. Son fuertes y resistentes, pero no quiere decir que no puedan romperse.

Lo construimos durante los años, pasamos por muchas cosas con nuestra familia. Nos peleamos tantas veces que son incontables, pero hasta esos momentos me hacen sonreír al recordarlos.