Capítulo 16

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Maratón 1/3

No sé si los niños sintieron que estaba muy cansada, pero no se despertaron en toda la noche, aun así yo solía despertarme y solía ir a mirarlos, los tocaba teniendo pánico de que mientras estuviera dormida dejaran de respirar, pero dormían como nunca. Estaba agradecida por haber conseguido dormir toda la noche casi del tirón, lo necesitaba demasiado.

Durante la mañana parecía que no me daban respiro. Alguien intento abrir la puerta de mi cuarto y se dieron cuenta de que estaba cerrada con llave...creo que los problemas estaban a punto de empezar.

- Alison Miller abre la puerta ahora mismo!- escuche decir a mi padre en un tono no muy agradable.

Cogí a Mary en brazos y abrí la puerta de mi habitación y sin decir nada me senté en la cama a cambiar el pañal de la niña.

- Pero que crees que estás haciendo con la puerta cerrada con llave?! Y que hacen las cunas aquí?!

- Buenos días a ti también Michael. Bueno tengo la puerta cerrada para tener un poco de privacidad con mis hijos y así poder pasar más tiempo con ellos, ya que la gente decide que en cualquier momento los puede coger y pasarse todo el día con ellos dejando que la madre solo les alimente y los cambie de pañal.

- Pero te has vuelto loca?! Acaso no ves que te estamos ayudando a cuidarlos? Crees que serias capaz de cuidarlos por ti misma, sin ayuda? No lo creo, siempre has sido una niña dependiente y ahora no vas a cambiar por haber tenido hijos.

Dios odiaba que me hablaran así! Creía que cuando los niños nacieran todo sería alegría y felicidad pero al contrario de lo que pensé, eran gritos y gritos durante todo el día, o si no era dejada a un lado mientras el resto estaban felices en el salón disfrutando de mis hijos y no era justo asique costara lo que costara, decidí que yo seria 100% responsable de ellos.

Los acosté en la cuna y vi como mi madre subía las escaleras directa a mi cuarto.

- Ni que se pase por la cabeza subir a cogerlos, están dormidos.

- Pero hija, Bárbara y Daniel están aquí.- dijo mi madre con tristeza por cómo me estaba comportando.

- No me obligues a volver a cerrar la puerta con llave hasta que suba de nuevo, lo hare y ya me da igual lo que piensen.

Volvió a bajar las escaleras y se dirigió a la sala y le escuche decir que estaban dormidos y todo lo que estaba pasándome y como me estaba comportando.

Era impresionante como todo estaba cambiando de un día para otro y que ahora tuviera que defenderme por mi sola por mis hijos.

El día paso muy rápido, me lo pase en el cuarto, ordenando y reorganizando todo de nuevo ya que la noche anterior apenas moví la cama para hacer más sitio. Cuando note que los padres de Kelly se habían ido, ya era la hora de comer, asique baje, cogí mi plato y me volví a subir a la habitación haciendo caso omiso a los gritos de mi padre y mi hermano, eran insufribles cuando no se hacía lo que ellos decían pero yo ya no lo haría, era dueña de mi propia vida y la de mis hijos asique no me harían hacer nada que yo no quisiera.

Mi móvil sonó y lo conteste sin ganas de hablar con nadie.

- Hola Kian.- dije algo seca.

- Que te pasa? Mis tíos han llegado a casa y no paran de hablar de que algo te pasa.- notaba la preocupación en su voz.

Antes de poder contestar, tocaron a la puerta.

- Un segundo, llaman a la puerta de mi cuarto.-dije dejando a Kian al teléfono unos segundos.- Adelante.

El dolor con amor se cura ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora